martes, 7 de abril de 2009

Clarín y la teoría de los dos enfoques

La verdad que cada vez que agarro un Clarín -además de, posiblemente, ser domingo- encuentro puntas para hacer dos o tres notas interesantes de cómo se utilizan los medios para decir cosas que quizá no se podrían decir de otro modo.

Esta vuelta le toca a iEco, dónde cada tanto hojeo si hay ofertas de algún laburo interesante o al menos mas interesante de los que ya tengo entre docencia y particulares. En fin, la cosa es que miré iEco.

Y entre las diversas notas, hubo una que me pareció un ejemplo práctico para desgranar la metodología de Clarín -y de los medios en general, o al menos los que defienden intereses opuestos a los populares-. Ésto salió en iEco, domingo 5 de abril de 2009, página 20.




¿Se preguntaron alguna vez por qué millones de personas de la gran ciudad que no tienen absolutamente nada que ver con el negocio agropecuario se pusieron decididamente del lado de los productores agropecuarios? En realidad hay una serie de motivos que justifican dicha reacción, y pueden darse todos simultáneamente o algunos: identificación de la clase social, aspiraciones económicas individuales que hacen temer al intervencionismo estatal, anti peronismo, nostalgia de los tiempos del "granero del mundo", etc. Uno de ellos, es el efecto mediático, que a su vez puede usar como estrategia alguno de los anteriores, pero que es un efecto individual y aislable.

Comencemos por el título. Hay al menos dos formas de decir lo mismo, éste es un caso puntualmente interesante: Uno podría decir "Una nueva ley de pasantía laboral procura mejorar la condición de los pasantes" o bien, como se tituló "Como impacta en las empresas la nueva ley de pasantía laboral". Esto es mas o menos así: cuando pierde Boca con San Martín de Tucumán, la noticia no es que ganó San Martín sinó que perdió Boca, ¿por que? por razones obvias, el público boquense es infinitamente mayor al de San Martín, y el diario tiene que vender un producto. Elemental, claro. Es lógico suponer que un diario debería priorizar al lector medio, de modo que lo lógico es que ésta nota fuese presentada de la forma número uno, es decir, apuntando al pasante o estudiante universitario que fué a buscar laburo en iEco, sin embargo se usa la estrategia número dos: en lugar de medir el impacto positivo en el trabajador, medir el impacto aparentemente negativo en la empresa, de modo de identificar al lector con ¡el empleador!

La nota comienza con ésto:

A partir de la sanción de la nueva ley de pasantías -26.427, de diciembre pasado-, las empresas están analizando cómo implementarán los cambios y que impacto tendrán en su estructura. La norma que regula las prácticas laborales de los estudiantes universitarios en las compañías introdujo modificaciones significativas, como un menor plazo de duración y jornada laboral, ahora de 12 meses y cuatro horas diarias de trabajo, respectivamente. "Además, las empresas deberán otorgar a los pasantes la misma cobertura médica, beneficios, licencias y cobertura de riesgos laborales que tiene su personal", expresa Julio Sanchez, gerente de la consultora Watson Wyatt [...]

A ver si nos entendemos muchachos de Clarín... ¿se dan cuenta de que si pongo el título número uno, hasta acá la nota es positiva y no precisamente una nota negativa o preocupante? ¡Los estudiantes/trabajadores están logrando mejores condiciones de contratación! Para cualquiera, ésto sería un paso adelante, pero Clarín necesita disfrazarlo de una traba para el desarrollo económico.

Por eso, agrega cosas como las siguientes:

"La mayoría de las empresas tomará los 180 días que otorga la ley antes de adecuar los contratos de sus pasantes. Por el momento, congelaron las contrataciones y renovaciones de contratos".
"[...] lo que mas analizan y preocupa a las empresas es el tema de la cobertura médica, ya que se trata del beneficio que les resulta mas costoso".

Léase: el problema para las empresas es que no pueden ofrecer mejores condiciones laborales, y en tal caso deberán optar por no contratar a la gente. Dicho de modo mas simple, las empresas deberían tener cierto derecho a explotar a estudiantes recién egresados o en condición de terminar la carrera por el mero hecho de tener el poder para hacerlo. Deberían poder emplear por dos años y haciendo trabajar por seis horas o mas por día a casi profesionales, para hacer tareas absolutamente productivas para la empresa sin carga social alguna. Eso lo vienen practicando empresas grandes, como Petrobras, por citar un ejemplo. Y lo sé porque estoy en el ámbito y porque he visto a compañeros tener que laburar por 700-800 pesos, a 6 o 7 horas diarias, sin obra social ni aportes y con la certeza de que lo mas probable era que cuando no sirvieran mas les tendieran la mano y los dejaran a la deriva.

Pero lean ésto, que explica claramente el carácter negrero de las empresas y el por qué hubiese cambiado todo si el título de la nota era el indicado:

El consultor de Watson Wyatt destaca que, si bien las pasantías están pensadas como prácticas profesionales para estudiantes universitarios, "el 70% de las empresas toma estudiantes que están cursando la mitad de la carrera o finalizando sus estudios. Son casi jóvenes profesionales. El 30% restante contrata jóvenes en otra etapa de la carrera".
Y:
En cuanto a los beneficios de pertenecer a la planta permanente de una compañia, son escasas las firmas que los trasladan a los pasantes.

Mas claro imposible: Toman casi jóvenes profesionales -que les costarían un poquito mas caros, sobre todo por las cargas-, con la ventaja de poder cortarlos cuándo quieren y cuándo no sirven mas los descartan por nuevos casi jóvenes profesionales. Esto viene pasando hace años y en grandes empresas

En definitiva, la nota es interesante y tiene un contenido muy rico en pocas líneas, pero el título y par de acotaciones hacen que el lector lo vea desde la óptica y la problemática del empresario, cuándo en realidad la modificación es una ventaja para el que debe ser protegido por el Estado, es decir, en este caso el estudiante que a su vez es el trabajador.

No es de extrañar, entonces, que del mismo modo los medios impliquen influenciar a la población (y lo logren) en temas como las retenciones, la Ley de Radiodifusión o las AFJP, de modo que una conquista social sea una carga en realidad para un sector de la sociedad con el que, en lineas generales, el ciudadano medio no comparte intereses comunes.

Algo parecido a lo que vienen haciendo Clarín, La Nación y otros medios con los sueldos de los porteros y las expensas.



Fuentes:


La Nación:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=995886

Clarín iEco del domingo 5 de abril de 2009.