jueves, 10 de diciembre de 2009

Dos años de Cristinismo y de Kretinismo

"Mirá, en la tele, están haciendo un cacerolazo por lo del campo". Mas o menos eran las palabras que salían del teléfono, la voz de mi novia disparaba una bala de salva que iniciaba una carrera de cien metros llanos, que luego serían cien días, y cien mas, y meses, y un año... y cuánto pasó. Y cuánto nos pasó a todos (idiotas incluídos).


Confieso que yo no voté a Cristina, si bien tenía ya claro que no había mejor opción para el país. No la voté sabiendo que no había ballotage, pero no la voté y punto, asumo lo que creo que fué un error. Festejé cuándo la bestia anaranjada tuvo que aceptar la derrota en la madrugada del lunes y los gritos encolerizados de los republicanos que ya advertían que había una ira contenida a punto de estallar. Vaya preámbulo, y uno que no caía. A veces pasa eso, digo, años sin novedades, sin nada demasiado "interesante" y en una ráfaga quizá te das cuenta de que toda el agua de todos los océanos pasó bajo el puente sin que pudieras notarlo -al fin y al cabo el agua es agua a los ojos de todos, dificil que notes el cambio- y el tiempo pasó rápido. Sé que cambié notablemente mi forma de pensar ciertas cosas. Y me atajo: eso no es malo, en absoluto, un cambio de enfoque no es un cambio de principios. Sé que no traicione mis principios, todo lo contrario, aprendí a ser mas fiel para con ellos porque transformé esos principios en algo un poco mas maduro. Notar la diferencia entre presidir revolucionariamente una comisión pedorra y no aprovecharse de la coyuntura a riesgo de rifarlo todo es una forma de entender lo que digo sin necesidad de buscarle mas vueltas al asunto.
Tengo mis contradicciones, no vayas a creer, pero a diferenciad el tema de Sumo y de "la gente", yo sé lo que quiero y no lo quiero ya.

Tengo el recuerdo vivo de aquel entonces de ver a Cristina diciendo unas palabras que no me voy a poder borrar de la cabeza: "no me voy a dejar presionar por operaciones basura". La valija de Telpuk y Antonini, que después se trasladó mas burdamente a Bolivia era un aviso de los tiempos que venían.
Me acuerdo que hacía unos días, había comprado en la calle el troskodiario "Hoy" del PCR. Un par de muchachos muy revolucionarios me lo ofrecieron para "leer otra realidad", nunca lo había leído y acepté la oferta. No tenía idea por entonces de lo que era realmente el PCR (el Partido Campestre Roundup) pero me sorprendieron los palos a Cristina por todos lados, que se iba a París, que pagaba la deuda, que el gobierno era de derecha... costaba entender las agrupaciones de "izquierda" le pegaban a quien era atacada en conjunto al lado de Chávez en Venezuela y Evo en Bolivia por una jugada berreta con un operador made in Miami que hasta el propio Jaime Bayly se dió el lujo de desenmascarar. Después iba a aprender la lección del PCR y del resto de las sectas maoistas: son un cuento chino al estilo "La pistola desnuda", aunque en lugar de Leslie Nielsen, acá actúan unos chinos que hacen de Mao (pero nunca de pueblo), Buzzi y también Biolcatti, Vilma Ripoll y quizá -quien sabe- la Pato Bullrich.

Los cien días de lagente, de "montoneros revanchistas" y de "ésto no es Cuba", de "andate con...chuda" o de cartelitos de "yo apoyo al campo (y ellos me apoyan que da gusto)", de miles de delirios, humo en las rutas (de pastizales que prendió fuego el propio Kirchner), desabastecimiento, actos republicanos "frente al zoológico" arrancaron violentamente miles de caretas, desangelaron a diestra y siniestra a muchos que uno tiene cerca todos los días, pero que el "todo bien" no permite, como si fuese una muralla, ver las miserias que piden a gritos salir a flote. A fin de cuentas, la mayoría eligió destapar la cañería, yo nunca hubiese querido ver brotar la mierda ajena. Pero, quizá (pobres de ellos después de todo) creen que todos "nosotros" somos iguales, porque es obvio que no somos como "los otros". De algún modo es divertida la impunidad de ser un topo, de ver como muchos te confían que su mierda huele mal porque creen que vos tenés interés en olerla y en hacerles oler la tuya, porque esperan cierta complicidad de amigos en esa cuestión semi íntima de confiarte sus sentimientos mas pestilentes.
La cuestión es que mi vida no va a ser igual después de éstos años que se fueron haciendo cada día mas bizarros, y no precisamente por el gobierno, que a ésta altura y con todos los errores que pudiera aceptar es una anomalía en un país de esquizofrénicos.

Hablar sobre lo que se hizo bien, mal, mas o menos, lo que es la oposición, lo que son los medios -la palabra medios es una palabra gloriosa, porque pega con todo, desde la mediocridad hasta el mediopelo- lo que creo de la inseguridad, de Duhalde o de Alderete sería resumir lo que escribí durante meses en éste blog y creo que no vale la pena. Si debo sacar una conclusión corta, es que creo que no hay ni buenos ni malos, ni halcones ni palomas, pero hay una diferencia notable entre el mundo real y las épicas revoluciones imaginarias, y que el proceso justicialista iniciado en 2003 es el que mas cambios positivos deja en el mundo real, en los bolsillos reales de los laburantes o jubilados, en las arcas reales del Estado, incluso en las cuentas reales de los empresarios desde la soja hasta los servicios. Algunos -muchos- eligieron el camino de los locos. Yo aprendí que para avanzar hay que caminar sobre tierra firme, y mientras avanzamos los perros ladran, y los cuervos vuelan en círculos sobre nuestras cabezas, y además de la señal de que cabalgamos, tenemos la certeza de que va a ser muy difícil desandar el camino, supongo que lo saben, y por eso quieren nuestra sangre.

Quizá ellos -a quienes les quepa, no me hagan explicar un "ellos", no tengo ganas- no terminaron de entender que nosotros tenemos la convicción intacta, que inclusive nos hicieron mas fuertes, y que si prueban nuestra sangre van a probar también el propio veneno que nos fueron inyectando poco a poco.
Porque solamente saben ser opositores, porque no tienen convicciones, porque son anti ante todo, porque son revolucionarios de derecha o conservadores de izquierda pero siempre siempre son gorilas, porque nos exigen valores que no tienen y en los que no creen de verdad, porque son cagones, porque tiran la piedra y esconden la mano, y fundamentalmente porque son profundamente tristes, por todo eso y porque adoran escribir -para hacer catársis- todo con "K" son los que han dado nacimiento al Kretinismo.
Porque creemos en ella, y en el, y en ellos, porque creemos en algo a riesgo de equivocarnos pero con la certeza de que no nos equivocamos, porque aún podemos sonreír, y salimos a la calle sin miedo ni paranoía, porque las calles son nuestras, por eso somos Cristinistas. Y cuánto menos lo adviertan, mas grande puede ser la sorpresa.

(¡Fuerza Cristina!)