miércoles, 27 de octubre de 2010

Semana de mierda


Hace días que evito decir nada por este medio. La razón, es que la muerte de este muchacho Ferreyra a manos de un grupo de lacras me provocó una gran tristeza que trascendía la muerte misma. Me dolió ver que desde todos los sectores –creo que ninguno se salvó, ni los propios– se intentara sacar provecho de esa muerte, de la muerte injusta y brutal de un flaco que había elegido la militancia y que creía en un país mejor, y en eso estoy seguro de que coincidíamos. Sentí como si viajara en el tiempo, muy hacia atrás, sentí que nos cuesta mucho aprender y que a veces dan ganas de mandar todo a la mierda. Necesitaba procesarlo, no quise formar parte de esa carnicería despiadada.


No soporto el culto a la muerte, nada que la adorne. La puedo llegar a entender, respetar, pero no me banco las palabras de condolencia que van a llover de todos lados ahora, cuando Kirchner ya no está. Todo lo bueno para decir de Kirchner había que decirlo en vida, para que el pudiera escucharlo y leerlo. Ahora ya es inútil. Y si por alguna razón no soporto el culto a la muerte, es porque creo que es una falta de respeto a la vida. El fallecimiento de Kirchner sólo tiene significado si se mide lo que es: el final de su vida, y mas precisamente, el final físico de su obra. No hay muerte sin vida, y no hay vida sin legado. Todos dejamos algo en la vida, así construimos el futuro, así construyeron nuestro presente todos nuestros antepasados, geniales, buenos, malos, hijos de puta. Somos en parte lo que ellos nos dejaron. Algunos dejan cosas pequeñas, otros, como Kirchner, dejan un legado tan grande que ocupa todo el espacio y el tiempo que nos queda vivir a cada uno de nosotros, y también a los que vendrán. Habrá quienes lo recuerden con cariño, con indiferencia, con odio. Pero lo van a recordar, y lo van a recordar porque van a saber que hubo un tipo que cambió la historia. Es inevitable que Kirchner viva en todos nosotros de alguna forma, es una boludez pensar que está muerto, si lo razonan cuidadosamente se van a dar cuenta de que lo que digo no es una frase hecha ni para la ocasión, entre los humanos la vida trasciende la presencia física.
Nada más. No quiero decir más boludeces. No necesito tampoco decir desde este pequeño lugar que bancamos a Cristina más que nunca, porque sé que ella tiene toda la fuerza para seguir, y a su modo Néstor sigue estando con ella. Y con todos nosotros.
Un abrazo, compañeros.


Fuentes:

Imagen
http://www.agmagazine.info/uploads/2009/12/20091209-kirchner0.jpg
.