martes, 23 de agosto de 2011

El fraude mas grande del mundo



Uno tiene muchas razones para pensar que hace una semana y media se cometió el fraude más alevoso y monstruoso de los últimos años, en aquella elección que dio –o habría dado, cuidado– el triunfo que contentó a la señora Presidenta. Porque, como todo el mundo sabe, la tiranía K no podría sostenerse sino con clientelismo y fraude, fraude y clientelismo. Y así como los tipos y las minas de a pie votan por el plasma y porque les aumentaron el sueldo (con el que no saben qué hacer a fin de cuentas, siendo que sus hábitos son tan rudimentarios), o porque les pagan la asignación por cada uno de sus seis o siete pibes, esa asignación que el patrón, el empresario –savia de la Patria, razón de su existencia, para el que lamentablemente ni seguridad jurídica hay ya– no le paga, también se cometió un fraude.

Y ¿quiénes iban a ser los responsables de este fraude sino los propios ciudadanos argentinos? Aaaah, porque para hacer macanas somos mandados a hacer. Y un fraude de estas dimensiones no se hace con dos o tres tipos cambiando boletas en las urnas o contando votos de mas a propósito. Un fraude de esta magnitud requiere de una gran coordinación, de la participación de una gran fuerza, de millones de personas. ¡Hay que sacar ocho millones de votos de diferencia! ¿Qué te crees vos? Y en todo el país, inclusive en distritos opositores como la Capital Federal. El plan maquiavélico del oficialismo fue una chantada, pero a fin de cuentas hay que admitir que funcionó. Se atrevieron a pedir que los voten y a dar razones, encima, como si las hubiere y como si tuvieran derecho. Le prometieron a los ciudadanos, a cambio de ejercer esta obra maestra, un futuro mejor: estabilidad laboral, aumentos en las jubilaciones, etc, etc. Es decir, clientelismo, cometas –clásico de los peronistas estos que nos gobiernan. Y la gente se organizó. Se levantaron temprano algunos, otros para despistar llegaron lo más tarde posible, algunos se hacían pasar por gente común, pero todos con la meta bien definida: meter su voto, el voto que iba a ser para Alfonsín, Duhalde o Binner, con la boleta del Frente Para la Victoria. ¡Qué obra maestra! Hay que admitirlo. ¿Qué mejor forma de cometer fraude que cambiar el propio voto por uno al oficialismo? ¿Quién va a sospechar de eso? Y es lo que hicieron todos, cooptados y comprados por la caja K. Y esto es lo que tenemos, señores. Unas elecciones que claramente eran para la recuperación de la República en manos de estos tiranos que siguen sometiéndonos a sus horribles calamidades, como que todos podamos ver el fútbol por TV de aire, que se tire plata en Tecnópolis o en los festejos del Bicentenario cuando se podría dar a tanta gente de comer con ella –o bajar tantas retenciones, para el caso es lo mismo o mejor–, que las pobres AFJP hayan desaparecido a manos de la dictadura estatal, que Moreno siga apretando a los empresarios –benditos sean– para que bajen los precios al tipo que después va y comete fraude, y sigue el horror y esto no da para más.
También podría creerse que el fraude es la oposición misma.
Pero, claro, esa posición es más incómoda.


Fuentes:

Taringa (Desinteligencia colectiva)
http://www.taringa.net/posts/info/12213073/Telegramas-adulterados-fraude-en-las-elecciones-primarias.html

Imagen
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVFb_Zbgjvfr3tzyMdpluPrgxtJMiwV5UcDiXPJJH0YwXXxrc2ylVV425pFhk91SR7pJ-d6i9nL5Jua_SStMEPaWaWnt9I-or4JYjQkMUfDiAIEg_M_8FfW8PpZ_ffQo6OlbQEMK27L2rh/s320/Fraude+electoral.png
.