Hay
algunos temas espinosos en la blogósfera peronista K y no K (o más o menos K).
Uno de ellos es el de la “ortodoxia” y los “sempais” del peronismo,
o al menos los que se sienten tales.
Si
bien es un tema que por lo general va y viene todo el tiempo (como el de
porteños versus interior), estos últimos tiempos está asomando tibiamente de
nuevo. Es lógico, se acaba obligadamente, inevitablemente, una etapa del
peronismo kirchnerista, que podrá lugar a otra etapa de peronismo kirchnerista,
o de otro peronismo, o de otra cosa. No sabemos. Pero la pelea por la herencia
del peronismo K está a la vuelta de la esquina. Y creo que éste temita de los “ortodoxos
de pura cepa” por un lado y los “progres K no peronistas” por otro se va a
hacer cada vez más intenso.
El
interés por escribir algo sobre este tema me lo despertó un comentario que hace
un lector del Blog del
Ingeniero en ésta nota, hace unos días. Cito:
“Por
que no nos regala Omix, su definicion sobre los peronistas que votamos por
Nestor, trabajamos para la campaña 2003 y seguimos votando K. A el le encanta
pensar que en el kirchnerismo es la progresia (segun Artemio 8 por ciento de
los votos), no dice nada del peronismo K (41 por ciento) segun Arte). Es mas
facil asi escudarse y de esta manera sugerir que el kirchnerismo no es
PERONISTA, UNA MANERA DE SENTIRSE ORTODOXO. Linda forma de ocultar la mas
formidable estafa a los valores peronistas en serio, soberania politica,
indepencia economica y justicia social. Omix es uno de los que cree que el
peronismo es la Ideologia del Poder como dice Asis. Con esa excusa el
travestismo politico squeda justificado, no hay memoria del noventismo
neoliberal que nos termino de destruir y entrego al pueblo atado de pies y
manos a las corporaciones. Para el, todo seigual. Y el enemigo es la progresia
atraida por lo nacional y popular, Marìa Julia no, Bunge y Born, no, la embassy
tampoco. Por eso ni se mosquea con los teces con masitas de Massita.”
Amén
de la redacción, el comentario me parece muy acertado en un sentido: en los
límites de etiquetar al otro tan ligeramente. Y no se trata de atacar por elevación a Omix puntualmente, con
cuyas opiniones no suelo coincidir. Es más, no tengo constancia de que
realmente Omix vea al peronismo como Jorge Asis, o que para el todo sea igual.
De hecho, en la descripción que hace Omix de los kirchneristas presuntamente no
peronistas, y que motiva esta respuesta, no me siento aludido ni representado,
y de hecho he expresado en varias oportunidades acá y en otros blogs por qué
creo que Scioli puede ser una buena carta para la continuidad del peronismo en
el poder y la supervivencia de mucho de lo bueno que ha hecho el kirchnerismo.
Pero
lo que sí es cierto es que cuando menos es muy discutible la idea de que hay
una progresía intentando adueñarse de un peronismo del que hay que tener ADN peronista
(¿?) para poder sentirse representado, o tener voz y voto: de última, todos
nuestros votos el día de las elecciones valen uno. Es tan simplista como
haberse creído progresistas estando en la misma lista que Scioli y un par de
meses después decir que el kirchnerismo es la derecha porque está con Scioli
(¿alguien habló de LDS?). O creer que el 54% se debió a los votos de gente
encantada con 678. O que sólo es por el viento de cola y el gobierno, con
Cristina a la cabeza, es una manga de boludos que se comen los mocos. Este tipo
de simplificaciones o calificaciones a la ligera del otro atentan contra la
construcción de una fuerza verdaderamente nacional y popular, y cuando digo nacional
y popular no necesariamente digo de izquierda o centroizquierda, como muchas
veces se mal entiende. Por eso, aunque yo tengo mi posición y mi tendencia,
entiendo que no es lo mismo una centroderecha nacional y popular (léase, Scioli
el caso de moda) que difícilmente pensaría en reprivatizaciones compulsivas,
recorte a ciertos subsidios o ayudas sociales, o transferencia de los recursos
de la salud y la educación públicas al sector privado, por poner ejemplos, que
una centroderecha netamente de corte neoliberal, privatista y antipopulista (Macri,
por ejemplo) que viene planteando y en casos aplicando políticas de este tipo hace
rato.
El
nacimiento de las PASO debería ser la garantía de que todas las expresiones
dentro de cada movimiento o partido estén expresadas y cada una tenga el
derecho de ser representada dentro de ese sector al que se siente que
pertenece. Y, en definitiva, serán los electores que se sientan representados
por esa fuerza o movimiento los que decidan quien lo representa realmente. Y
los peronistas elegiremos si nos representa Boudou, Mariotto y La Cámpora, o
Scioli, Massa y La Juan Domingo. Y después podremos decidir si acompañamos a
los ganadores de la interna abierta o si no, a fin de cuentas toda posición es
aceptable, más aún cuando se hace sin intenciones especulativas –como el caso
de ciertos dirigentes, como Francisco De Narváez que utiliza el sello peronista
para construir su carrera política porque garpa, pero llama “clases inferiores”
a los más humildes, o del menemismo en los años ‘90.
Si
bien tengo mis simpatías mas por unos que por otros, reitero, me cuesta entender
a ambos bandos que se cascotean, porque creo que ambas posiciones son
inconducentes. Si realmente hay internas, que es lo que debería pasar si las
PASO sirven para algo, es el elector que elige el FPV-peronismo como su fuerza
política el que, a fin de cuentas, va a decidir qué es lo que quiere que sea la
sucesión de Cristina Kirchner y éste estilo de peronismo. Una cosa es apostar,
militar, construir desde un determinado lugar y otra muy diferente, creo,
pretender anular al que lo quiere hacer
desde otro porque yo soy el dueño de la verdad o, peor, pertenezco a una casta
más pura y vos sos un infiltrado o un traidor.
Habrá
que ver que nos depara el futuro. Por lo pronto, tenemos las elecciones de
medio término en tan sólo unos cuantos meses, ahí –y a partir de ahí– la cosa seguramente
se va a poner movidita.
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