I – El muro de los lamentos
Estuve
pispeando un poco los blogs que más me gusta leer –los leería a todos, pero no
me da el tiempo– y los comentarios. Por razones laborales se me hizo imposible
hacer antes un análisis de lo que pasó ayer, pero me resulta más que
interesante la analogía con el 2009, especialmente, en lo que respecta al clima
en el universo kirchnerista.
Los
muchachos están desmoralizados, y no es para menos: la batalla mediática se
perdió.
La
pregunta es: materialmente, realmente, físicamente, ¿se perdió algo? Y lo más
interesante: ¿Qué tan irreversible es esa pérdida?
Veamos:
En
primer lugar, las elecciones de ayer son elecciones primarias abiertas para
cargos legislativos. ¿Son un termómetro? Sí, claro. Pero también es cierto que
no necesariamente expresan los resultados definitivos de octubre, ni mucho
menos los de 2015.
A
diferencia de 2009, el kirchnerismo tiene la ventaja de poder mejorar su
performance, y para ello tiene herramientas importantes: el Poder Ejecutivo y
la primera minoría parlamentaria (pavada de herramientas). O sea, el
kirchnerismo tiene la posibilidad de hacer y demostrarle al electorado que eso
es lo que mejor le sale.
Pero
hacer ahora, ya, no usar más el pasado como eje de campaña. Si hubo algún error
en estas elecciones fue repetir la campaña política de 2009, recostándose en lo
hecho. Es cierto, no es fácil gobernar en estos tiempos y uno se imagina que
tampoco hay tantos cambios radicales (con perdón de la palabra) en carpeta. O
sea, el margen de acción se va achicando, es lógico.
Sin
embargo esto, sumado a que el candidato del FPV parte de un nivel de
desconocimiento alto y Massa toma votos del kirchnerismo crítico, hay con que
revertir la historia. Lo que menos ayuda es un clima de derrota. Dice una
lectora, Cecilia, del blog de Gerardo Fernández, en su nota (en mi opinión
desatinada) “Errores
propios”:
Estoy podrida de autocríticas del oficialismo kirchnerista. Casi tanto como de quien las exige. Ayer sacamos 100mil votos más en CABA en relación a 2009. El PRO no solo perdió esa cantidad de votos sino que quedó segundo. Y es el peronismo en su forma k el que tiene días contados?
Y
tiene razón. El kirchnerismo, especialmente en su versión más progresista, tiene
una tendencia un tanto maniacodepresiva y sadomasoquista. La verdad es que en dos
de los distritos más importantes el kirchnerismo mejoró su performance con
creces (Santa Fe y Capital Federal), eso sólo es mucho más promisorio que el
desempeño del PRO en todo el país, incluida la propia Capital Federal, dónde se
supone que son clara mayoría. De hecho, si uno compara los resultados de UNEN
vs. PRO en Capital con los resultados del massismo vs. FPV en Buenos Aires la
situación es análoga. Pero, extrañamente, el PRO –que sí está herido de muerte
en su meta de ser una fuerza nacional con aspiraciones presidenciales– festeja
y el kirchnerismo llora.
¿Se
hizo una buena elección? Para nada, fue bastante mala, y aún si así fuese no
habría por que conformarse. Pero me parece que se está dramatizando demasiado,
siguiendo al pie de la letra el libreto que no se debe seguir. No hay peor
derrota que la autoinfringida, el kirchnerismo progre-mediático (678,
Verbitsky, etc.) está jugando el juego que los medios opositores le impusieron.
Por eso digo que la nota de Gerardo me parece desatinada, porque analiza los
resultados desde el impacto mediático y no desde lo que son en realidad:
primarias abiertas para cargos legislativos. No son un plebiscito nacional de
la gestión de Gobierno, y si lo fueran, igual el gobierno nacional saldría
ganando respecto a las demás fuerzas por conservar aproximadamente su piso.
II –
Los verdaderos resultados
¿Quieren
hablar de resultados? Ok, hablemos de resultados.
Lo
que muestra el mapa electoral después de las elecciones PASO de ayer son un par
de cosas bien claras:
Ante
todo, que el kirchnerismo es la primera minoría y su piso real es del 30% o más. Si uno toma los datos brutos la
sumatoria de votos del FPV es de 26% y un poco más, pero esos datos son
erróneos si se quiere hacer una evaluación nacional, porque el FPV no ganó (ni ganará) elección nacional alguna con votos
puros. Si queremos hacer una evaluación aproximada a nivel nacional tenemos
que considerar las fuerzas aliadas. Por ejemplo: dentro de ese 26% no están
contemplados el Frente Renovador de Misiones, ni el Frente Cívico de Santiago
del Estero, ni el MPN de Neuquén, ni el PJ de La Pampa y otras provincias. El
26% es voto puro del FPV.
Haciendo
la suma de los aliados y proyectando la (enorme) categoría “otros”, por motivos
de simplicidad –lo contrario implicaría analizar en forma individual cada una
de las fuerzas provinciales que se presentaron–, se obtiene para el FPV un piso
que va del 30% al 34% de los votos nacionales.
El
radicalismo y sus aliados también festejan, pero pierden votos respecto de
2009, año en que la alianza nacional panradical sacó un tercio de los votos
nacionales.
Por
otro lado, el extinto Unión-PRO de 2009 se halla dividido en el PRO (7%
nacional) y peronistas disidentes diversos (12%) que de ser sumados a Massa
alcanzarían un 34% nacional, más o menos.
El
kirchnerismo, a fines prácticos y de conservarse estos resultados, crecerá en el número de diputados que
lleva al Congreso y bajará el número de
senadores. Mas o menos lo previsto.
¿Sorpresas?
Sí, de nuevo citando un comentarista del blog de Gerardo, en la misma nota:
Me sorprendió el desempeño en el norte. Se ganaron y perdieron muchas provincias por márgenes mínimos. Creo que esa es la gran sorpresa negativa para nosotros y hace que no hayamos acumulado esos 5 o 6 puntos que nos llevarían al 35%. (Andrés)
III –
El 2015 nos encontrará conservadores o dominados
El
resultado de las elecciones, como dije antes, no me parece ni definitivo ni
lapidario respecto al futuro del kirchnerismo. Pero sí es un indicativo de lo
que viene.
Varios
blogueros –no quiero hacer nombres, pero los hay– venimos insistiendo un poco
con la idea de que va a haber un necesario giro a la derecha en la política
nacional y que el oficialismo tiene que aceptar esa realidad (de hecho, la
acepta, la campaña de Insaurralde sacándose más fotos con Scioli que con
Cristina, hablando de “inseguridad” y yendo a visitar al Papa es reveladora). ¿Nos
volvimos fachos? No, somos peronistas y pragmáticos, sin querer decir eso que
nos vamos a regalar al primero que venga ni bajar las banderas.
Es
todo lo contrario, es tratar de rescatar lo que se puede rescatar de esta
década de cambios y de evitar caer en la gilada de “morir con la mía” o “perdimos
dignamente”. Porque eso, además, es mentira. El FPV desde sus orígenes formó
alianzas con fuerzas conservadoras y políticos de tendencia centroderecha (en
eso, Scioli es un nene de pecho al lado de Urtubey).
Dice
Pablo el Bostero, en
el Blog del Ingeniero:
Lo que queda claro es que el FR es una aventura personalista parecida al Pro, al que le costará la proyección nacional y que si el FPV respalda una fórmula tipo Scioli-Uribarri para 2015, la elección presidencial será casi un trámite.
No
sé si casi un trámite, pero ese triunfo del FPV proyectado a futuro es muy
probable al día de hoy. Los peronistas sabemos que cuánto peor no es mejor, lo mejor cuándo las opciones no son óptimas
es, en todo caso, lo menos malo.
Por razones
diversas, entre otras el mayor nivel de vida que implicó la irrupción del
kirchnerismo (hoy hay trabajadores exigiendo que le quiten Ganancias y
jubilados pidiendo el 82% móvil o que les dejen comprar dólares, comparen con
2001 o, si quieren, con los ’90, cuándo Norma Plá pedía 450 pesos), pero
también el contexto económico internacional, los efectos esmeriladores de los
medios y el inevitable desgaste del modo de hacer política del kirchnerismo
después de diez años –que son como veinte del menemismo o del alfonsinismo, en
intensidad–, el pueblo está pidiendo más “derecha”, si se lo puede decir de ese
modo. Lo interesante del caso es que esa “derecha”, en la mayoría de los casos,
no es una derecha que exija frenar los juicios a los militares, ni quitar la
AUxH, ni reprivatizar el fútbol, las jubilaciones o Aerolíneas. No va por ese
lado, no hay casi candidatos de la oposición que digan expresamente que quieren
hacer ese tipo de cambios, y no lo hacen porque no garpa. Hay una derecha
fascista, pero es ultra minoritaria; lo
que predomina hoy en la sociedad es un conservadurismo coyuntural: no me
toques lo que me gané (impuestos, salarios, subsidios, etc.), dame más
seguridad para preservar lo mío y a los míos. ¿Egoísmo? Si, un poco. Pero es lo
que hay y el oficialismo tiene que aceptarlo, tanto los funcionarios como los
militantes o los simpatizantes.
Para citar un ejemplo, dice
Verbitsky, en su nota “La
Gran Electora”:
Quienes se horrorizan ante la perspectiva de un cuarto mandato del kirchnerismo proyectan para entonces una disputa entre Daniel Scioli y Sergio Massa. Pero la forma en que Cristina subordinó al gobernador (sin concederle nada de lo que reclamaba ni dejarle otra alternativa que el alineamiento incondicional), y con un candidato desconocido, en apenas dos meses de campaña redujo a la mitad la ventaja inicial del intendente de Tigre, sugiere que esta idea es tan prematura como inconsistente y que ningún análisis tiene sentido si ignora que Cristina sigue siendo la Gran Electora para 2015.
A mí
me horroriza leerlo a Verbitsky y su ego, su enorme capricho de no ver la
realidad. Digo esto hoy, con anticipación: el Perro va a ser uno de los
primeros en romper con el kirchnerismo cuándo el candidato oficialista sea de
perfil conservador. Y eso no lo hace mejor que Massa.
La
frase de Verbitsky expresa una gran vocación de minoría intensa. El sabe que si
el presidente en 2015 es Macri, Massa, Urtubey o Scioli para él el resultado es
el mismo, es más, tendrá más motivos para escribir notas en Página/12. Pero
para nosotros, los peronistas, la principal preocupación es que los ciudadanos
tengan el mejor nivel de vida posible, que haya inclusión, que no se rompan los
lazos con el resto de los países hermanos de América Latina, que Argentina no
se subordine al FMI y organismos internacionales que asfixiaron al país durante
años, que no se reprivatice, etc., etc. A pesar de la lectura, en mi opinión
equivocada, de muchos compañeros, eso no
va a pasar con el FPV en el gobierno, cualquiera sea el candidato que gane en
2015. Y no va a pasar porque no es
necesario.
Pero
ese es un tema que ya abordamos en éste blog y seguiremos abordando.
Por
lo pronto, que no decaiga, compañeritos y compañeritas, que más se perdió en la
guerra. O en el 2009.
Fuente de datos:
http://www.andytow.com/scripts/paso.php (de paso, gracias por el excelente trabajo).