Confieso que el título de lo que
voy a escribir a continuación es una provocación, digo, a esta altura que
(según el medio que se consulte, pero... me entienden) Sergio Tomás Massa es
Padre, Hijo y Espíritu Santo es demasiado desubicado de mi parte, supongo,
titular de esa forma. Pero es mi deseo atraer a los muchachos opositores un
poco despistados para hacerlos enojar un poco y, usando palabras de Tato Bores,
cuidarlos también de la máquina de cortar boludos.
Hablemos un poco mas en serio, un
poco nada más. Yo no sé, como nadie sabe a ciencia cierta, que será de la
Argentina en los próximos dos, tres o diez años. No sé siquiera que será de mi
el fin de semana que viene. Pero lo que uno puede ver es que hay patrones,
reglas que mas o menos tienden a dar una lógica, que es lo que siempre hacemos
cuando analizamos política. Quiero decir, analizar política es, en gran parte,
analizar ciertos patrones. Algunos eligen ciertos patrones y sacan ciertas conclusiones,
otros eligen otros patrones y sacan otras conclusiones. Cada uno, con su verdad
relativa, por supuesto. Pero yo voy a exponer los motivos por los cuales creo
que la oposición, si es que existe algo así, está festejando una derrota.
1- En
principio, está festejando una derrota porque el kirchnerismo mantuvo, en el
(nuevo) fin de ciclo K la mayoría en las dos cámaras. Mejor de lo que se
esperaba para el kirchnerismo, que suponíamos que iba a tener un Senado mucho
mas duro, por ejemplo.
2- La
mayor virtud del triunfo opositor, o lo que se ve como tal, es el surgimiento
de Massa como nueva figura para derrocar al “régimen”. Pero hay algunos
detalles que se pierden de vista, a saber:
a) Massa
tiene que construir en dos años y desde una banca de diputado, una fuerza
nacional que es al día de hoy inexistente. Quizá sea fácil, que se yo, que el
tiempo lo diga. Pero da la sensación de que lo único que tiene a mano es ser un
Capriles (nunca perdamos de vista que Capriles perdió dos veces seguidas), es
decir, armar una gran coalición nacional que lo apoye como el candidato a
derrocar al mal gobernante. ¿Será posible una nueva Unión Democrática?
b) Eh...
no. Parece difícil. En Argentina hay sectores muy rígidos e incapaces de formar
una coalición de esas características, y que tiende a concentrar el 20% de los
votos, como poco (hablo de las izquierdas “duras”, de Carrió, Solanas e incluso
de la UCR o gran parte de ella... y no sé si no sumar a Macri, teniendo en
cuenta que a Mauricio no le queda otra que ir por la presidencia, porque el
Spa-CABA se le termina indefectiblemente).
c) Algunos
piensan en una fuga de legisladores al massismo, porque es la única esperanza
que les queda, obviamente, de que el massismo crezca. Pero eso parece
improbable, hay que tener ganas de pasarse a una minoría que no es deja de ser
una aventura por haber derrotado al oficialismo en la provincia de Buenos Aires
(llamar al 0-800-DENARVAEZ para mayor información). Es mas, da para pensar que
no pueda ser mas probable la inversa. Y por lo que anda sonando por ahí, parece
que empieza a haber fuga hacia el PRO...
d) El
triunfo del massismo en la PBA puede ser un dolor de cabeza para la oposición,
yo no sé si festejaría tanto. No por nada más de un comentarista de La Nación
está que trina. El massismo expresa un voto anti K, pero no todos sus
integrantes necesariamente lo hacen, dado que vienen del riñón oficialista. A
ver, lo digo de otro modo: amén de tener mayoría en las cámaras, la posibilidad
del kirchnerismo de acordar con el massismo es mucho mas grande hoy que lo que
era de acordar con cualquier bloque opositor en 2009. Y aquí estamos.
3- Un
poco como corolario del punto 1, es evidente que el gobierno, mejor, el
oficialismo tiene la batuta. ¿Será capaz el oficialismo de hacer bien las cosas
con la batuta en la mano? Y bueh, todo pasa por la confianza que uno le tenga,
es como el dinero, je. En lo personal, me parece un poco atrevido (ya no por
parte de la oposición, sino de compañeros del oficialismo ya desde que el
kirchnerismo perdió simbólicamente las PASO, no digo que no lo esperaba pero sí
que me aburre un poco, porque ya lo viví en 2009 y la mala sangre fue al pedo)
andar diciendo que en el gobierno y en el oficialismo en general está lleno de
boludos que no saben para donde disparar. No porque no haya boludos, sino
porque es atrevido cuestionar a un oficialismo que desde hace diez años no sólo
sobrevive sino que para colmo transforma, para bien o para mal, profundamente
la historia de la Argentina en muchas de sus facetas (la mitad de su vida con los
medios principales del país rompiendo soberanamente las pelotas, y disculpen si
soy soez, pero es la forma mas gráfica de decir “con una férrea posición de los
oligopolios mediáticos” y con el poder económico y alguna que otra influencia
externa haciendo lo propio). Yo confío en que el gobierno tiene mejores hombres
y mujeres, estrictamente hablando de la capacidad de hacer política y no de
aspectos morales o subjetivos, que una oposición que desde hace años no puede
erigir una figura que deje en el pasado (de una vez, por favor) el manotazo a
Lilita Carrió, por no hablar de otras caripelas, porque hay tela para cortar a
lo loco. Y por no hablar de los argumentos y propuestas casi inexistentes o de
otras aptitudes muy propias de la oposición nuestra.
4- El
kirchnerismo tiene múltiples opciones para 2015, que van de Urribarri a Scioli.
Eso es una gran fortaleza, que muchos quizá no ven como tal y piden que se siga
haciendo dedo en la selección de los candidatos a presidente. Eso se podía
entender hasta 2011, pero no va a tener ningún sentido en 2015. Hay
kirchneristas mas duros y kirchneristas mas tibios. Cada uno desde su lugar
planta bandera y elige, y está todo bien. Yo me mantengo dúctil, porque confío
en que el kirchnerismo en cualquiera de sus formas es mejor que cualquier
oposición posible al día de hoy. No dudo ni tengo por qué de la lealtad y del
peronismo de Urribarri ni tampoco del de Scioli. Ni de Capitanich, o Urtubey.
Todos son candidatos posibles, y demuestran además que el kirchnerismo se tiene
que dejar de joder y ahora que no hay posibilidad de un Kirchner de presidente
tiene que hacer internas para fortalecer al candidato que surja de ellas, no
hay mas excusas. De nuevo, lo digo mas crudamente: los oficialistas tenemos que
dejar las pretensiones de lado y unirnos, y apoyar al candidato que surja de
esa unión, nos guste un poco mas o un poco menos. Nada de “abandono el barco si
Scioli es el candidato” o “me voy con Massa porque Abal Medina no me gusta y
Boudou toca la guitarra con la Mancha de Rolando”.
5- La
oposición “ganó” en las provincias y/o distritos que mas votos dan. Es cierto.
Lo que mas duele es la provincia de Buenos Aires, primero en lo personal porque
soy del Conurbano, segundo porque, se supone, es el fuerte del peronismo (o
sea, también en lo personal, a fin de cuentas). Pero en todas ganaron
candidatos diferentes y con potenciales aspiraciones presidenciales o
vinculadas a esas aspiraciones: en PBA Massa, en la CABA el macrismo, en Santa
Fé Binner, en Mendoza Cobos, en Córdoba el delasotismo. Todos creen que pueden.
El kirchnerismo de nuevo, tiene por qué relamerse.
También debería esto servir de lección: las elecciones de medio término son legislativas y no deben provincializarse, el FPV ganó a nivel nacional y por amplia diferencia, la cosecha de la oposición es confusa y mas bien mala: es como tener una selección en la que el 9 se lleva el balón de oro, el 10 el premio por mayor asistidor y el 2 el premio al fair play pero el equipo no pasa la primera ronda. Tampoco es cierto que las elecciones se ganan por un punto, como dijo Néstor, eso fue una jugada de Néstor (provincializar, poner toda la carne al asador y ganar por la mínima) porque el momento del oficialismo era muy delicado, mucho mas que ahora. Pero es parte del pasado, y encima quedó claro que fue una estrategia que no terminó del todo bien (no me atrevo a decir que fue mala, quizá era lo mejor que se podía hacer).
Y otra lección: la Capital, el GBA, Santa Fé, Córdoba y Mendoza no somos el obligo de la Argentina, hay todo un país votando. Teléfono para Gvirtz, que jugó el juego opositor y le dio prensa a cuanta figurita porteña y del massismo anduvo dando vueltas, cuando tuvo la posibilidad de usar los medios para abrir el espectro. Ojo, no es el único, los blogueros también somos un poco nabos.
También debería esto servir de lección: las elecciones de medio término son legislativas y no deben provincializarse, el FPV ganó a nivel nacional y por amplia diferencia, la cosecha de la oposición es confusa y mas bien mala: es como tener una selección en la que el 9 se lleva el balón de oro, el 10 el premio por mayor asistidor y el 2 el premio al fair play pero el equipo no pasa la primera ronda. Tampoco es cierto que las elecciones se ganan por un punto, como dijo Néstor, eso fue una jugada de Néstor (provincializar, poner toda la carne al asador y ganar por la mínima) porque el momento del oficialismo era muy delicado, mucho mas que ahora. Pero es parte del pasado, y encima quedó claro que fue una estrategia que no terminó del todo bien (no me atrevo a decir que fue mala, quizá era lo mejor que se podía hacer).
Y otra lección: la Capital, el GBA, Santa Fé, Córdoba y Mendoza no somos el obligo de la Argentina, hay todo un país votando. Teléfono para Gvirtz, que jugó el juego opositor y le dio prensa a cuanta figurita porteña y del massismo anduvo dando vueltas, cuando tuvo la posibilidad de usar los medios para abrir el espectro. Ojo, no es el único, los blogueros también somos un poco nabos.
“Eeeeh, este tipo no tiene
ninguna autocrítica para hacer”. Bueno, lo que se conoce como “autocrítica”,
no. Autocrítica es una palabra que incluye a uno mismo, y no es lo que veo como
presuntas autocríticas en los oficialistas por lo general. Lo que veo es una
tendencia a la locura colectiva y la pasada de facturas al gobierno por todo lo
que no hizo y que podría haber hecho de lo que dice Massa que se podría haber
hecho. Si crees que lo que dice Massa que se podría haber hecho es atendible,
no entiendo por que apoyaste al gobierno cuando no lo hizo y por que no apoyás
a Massa ahora. El 82% móvil no era posible antes, y no es ahora posible volver
al pasado y hacerlo hace un año porque Massa dice que lo es, ni porque Massa
dice que con catorce diputados en el Congreso lo va a materializar. O sea,
muchachos, dejemos de hacerle el laburo a los opositores.
Nuestra meta tiene que ser la
unión, evitar el efecto buscado que es la ruptura o fractura del kirchnerismo
en facciones irreconciliables. Es lo que busca Clarín desde hace rato porque
sabe que las posibilidades del kirchnerismo de quedarse con el gobierno otra
vez no son nada despreciables y también lo que busca Verbitsky por “adentro”
(no esperó ni un día para pegarle a Scioli), por el simple hecho de que todos
hacen su negocio, no nos engañemos. Lanata también le parecía copado a muchos
que hoy lo ven un (gordo) forro.
Entendamos que los últimos años
tienen que dejarnos alguna enseñanza, por favor. El oficialismo es mucho mas
hábil que la oposición para hacer política, sencillamente porque no anda en el
boludeo. Ha sabido hacer y uno puede confiar tranquilamente en que difícilmente
se va a dormir.
El fin del kirchnerismo parece
muy cercano si uno lo ve desde la perspectiva de Lanata, porque el show estaba
armado para eso, pero si miramos para atrás la historia dice que puede quedar
mucho kirchnerismo por delante, simplemente hay que saber entender que
requerirá de un nuevo tipo de liderazgo.
Quedan dos años para confirmar
quien eligió mejor los patrones para armar su hipótesis. Pero si para entonces
tuve razón voy a tener que venir y joderlos a todos, ¡ja!.