Hay un ciclo que se repite en diversas ocasiones en la historia de los argentinos. Desconozco si es un fenómeno mundial, pero indudablemente es un sello propio, y cuándo uno repasa la historia (al menos la del siglo XX y la recién nacida historia del nuevo milenio) quizá siente que los argentinos tenemos un karma que no va a bajar nunca.
Ese ciclo mas o menos se articula del siguiente modo: crisis, recuperación, surgimiento de un líder o aparición de un partido o fuerza hegemónica, división social marcada entre los pro y los contra, conflictos, modificación de la fuerza gobernante (democráticamente o no), crisis. Como mínimo, sucedió cuatro veces: de algún modo con Yrigoyen, luego con Perón, nuevamente con Perón-Isabel y con Menem. Actualmente, pareceríamos ir en el mismo camino.
La pregunta del millón, claro, es por que pasa ésto. Y lo que siento es que en todos los casos el problema fundamental estuvo en la oposición, incluso en el caso de Menem que como queda bien claro no tengo ninguna simpatía ni por él ni mucho menos por su línea política o ideológica.
El problema de los argentinos, creo, es que no toleramos la existencia de una fuerza que tenga capacidad de estabilizarse en el poder, aún cuándo las mejoras y los avances son notables -como en el caso de Perón en los '50-. Es cierto, podría decirse que también pasa hoy en Venezuela, pero el pueblo venezolano ha logrado restituír en su momento al propio Chávez cuándo fué derrocado. En Brasil, Lula (indudablemente ayudado por O Globo y sus buenas relaciones con las grandes potencias, además de una excelente y para colmo afortunada gestión) sigue teniendo una popularidad alta y en Bolivia y Ecuador, Evo y Correa siguen firmes al frente de sus procesos autóctonos.
Me acuerdo cuándo, en la secundaria, el director -verdaderamente un buen tipo- nos dijo que había que votar a la Alianza porque era necesario cambiar de fuerza para desmantelar el aparato corrupto que organizaba la fuerza anterior. Lo que dijo no está tan lejos de lo que piensan muchos: los "políticos" son todos ladrones, hay que cambiarlos como los fusibles.
Esta visión del rol opositor es absolutamente autodestructiva, y nos condena a los argentinos a vivir oscilando todo el tiempo entre modelos antagónicos, como Kirchner - Menem, o Perón - "Revolución Libertadora". La oposición en Argentina (que no es sólo la oposición política, está claro) es algo así como una parca política, que viene cuándo ya considera que fué demasiado tiempo.
Esa interrupción contínua del curso de los procesos democráticos no sería posible si no hubiese un factor adicional: los intereses afectados. En el momento en que la población está preparada para el cambio y la fuerza política dominante empieza a profundizar su plan de gobierno afectando a algún interés particular (de peso, claro está), inmediatamente se enciende la luz roja y nos invade el horror de que un gobierno dure mas de diez años, nos damos cuenta de que el gobierno es corrupto, de que los funcionarios sin maquillaje tienen arrugas y puntos negros y decidimos que sería bueno para el país que venga cualquiera... ¿cualquiera? Bueno, no, el que mejor represente el sentimiento anti. Los militares, De la Rúa o Cobos, da igual.
En el pensamiento del anti es dónde se concentra el peligro. El anti, ante todo, odia. Y el odio es un sentimiento, no siempre posible de controlar desde la razón. El odio a Menem (tanto desde la izquierda como desde la derecha, pero principalmente desde la izquierda que es la misma izquierda que hoy despeja para que pasen el PRO y Cobos, y por supuesto el anti peronismo que ve peronismo en todos los lugares dónde se canta la marcha, aunque la cante Macri) puso a De la Rúa en el gobierno, y paradójicamente aceleró el deterioro del modelo menemista y su colapso definitivo, la aparición de niveles de corrupción peores que los de la década anterior, violencia, niveles de pobreza y exclusión récord, vaciamiento de las reservas... en fin, historia conocida.
La necesidad de joder al otro, joder a Menem, joder a Perón, ahora joder a Kirchner, hace que la oposición no razone demasiado cuál es el camino razonable a seguir, y hasta son capaces de juntarse agua y aceite, socialistas y radicales de derecha, peronistas disidentes y antiperonistas PRO, Ripoll y Miguens. Ya se lo dijo Longobardi a Macri: "Mauricio, no entiendo por que no se juntan ya". "¿Juntarnos para que, para hacer un asalto?", podría haber preguntado el Freddy Mercury en vías de desarrollo, porque estoy completamente seguro de que para Longobardi daba igual si "juntarse" implicaba también meter a Binner, a Solanas o a Castells.
Para colmo de males, los líderes de las tendencias anti mas furiosas suelen ser personas de edad considerable. Argumentan que el mundo alguna vez fué mejor, y que ésto antes no pasaba, aparecen los Grondona, los Neustadt (QEPND), Zamora, ¡los Menem!. Algunos jóvenes creen en aquel mundo que nunca existió pero que "seguramente debe haber existido", y se ponen el traje del contrato moral y de la Argentina de antaño, en dónde si querías trabajar trabajabas y todos tenían oportunidades (como nuestros abuelos europeos), nadie robaba y nadie moría. Los Adrián Perez y las Gabriela Michetti.
Siguiendo ésta lógica, está claro que el desafío principal no estaría en mejorar lo que ya está hecho, sinó en demoler todo lo hecho y empezar de nuevo, porque todo lo que se hizo hasta ahora estuvo mal, mal parido, corrupto desde su nacimiento. Y por eso con Perón el Estado fué fuerte, con Frondizi se debilitó, con Perón de nuevo volvió a fortalecerse, con Menem se volvió a debilitar, con los Kirchner volvió a fortalecerse y con Cobos, Macri o De Narváez se volverán a privatizar empresas, porque el fenómeno cíclico parece funcionar de ese modo: creo-destruyo, hago-deshago.
En éste sentido, y si no estoy terriblemente equivocado, me preocupa el futuro de la Argentina. Porque si los Kirchner dejan el gobierno no va a ser el fin del mundo. Pero, está claro, que si quien toma el poder llega con el anti kirchnerismo como principal argumento es de esperarse que el día después de las elecciones tengamos un grave problema. La oposición, envalentonada ahora por el resultado de las elecciones de junio, tiene el deber de acompañar al gobierno hasta 2011 mucho mas que si hubiesen perdido, porque en sus manos está no sólo el sistema democrático sinó también la evolución del país, la conservación de aquello que fué bien hecho y el acompañamiento y mejoramiento de aquello bueno por hacerse (¿alguien dijo "Ley de Medios"?).
Ojalá me equivoque, pero si efectivamente se termina el ciclo kirchnerista, no parece haber madurez en la oposición para enderezar el curso y acelerar a fondo, en lugar de volver a dar otro volantazo para regresar al principio. Si no nos hacen chocar.
Ese ciclo mas o menos se articula del siguiente modo: crisis, recuperación, surgimiento de un líder o aparición de un partido o fuerza hegemónica, división social marcada entre los pro y los contra, conflictos, modificación de la fuerza gobernante (democráticamente o no), crisis. Como mínimo, sucedió cuatro veces: de algún modo con Yrigoyen, luego con Perón, nuevamente con Perón-Isabel y con Menem. Actualmente, pareceríamos ir en el mismo camino.
La pregunta del millón, claro, es por que pasa ésto. Y lo que siento es que en todos los casos el problema fundamental estuvo en la oposición, incluso en el caso de Menem que como queda bien claro no tengo ninguna simpatía ni por él ni mucho menos por su línea política o ideológica.
El problema de los argentinos, creo, es que no toleramos la existencia de una fuerza que tenga capacidad de estabilizarse en el poder, aún cuándo las mejoras y los avances son notables -como en el caso de Perón en los '50-. Es cierto, podría decirse que también pasa hoy en Venezuela, pero el pueblo venezolano ha logrado restituír en su momento al propio Chávez cuándo fué derrocado. En Brasil, Lula (indudablemente ayudado por O Globo y sus buenas relaciones con las grandes potencias, además de una excelente y para colmo afortunada gestión) sigue teniendo una popularidad alta y en Bolivia y Ecuador, Evo y Correa siguen firmes al frente de sus procesos autóctonos.
Me acuerdo cuándo, en la secundaria, el director -verdaderamente un buen tipo- nos dijo que había que votar a la Alianza porque era necesario cambiar de fuerza para desmantelar el aparato corrupto que organizaba la fuerza anterior. Lo que dijo no está tan lejos de lo que piensan muchos: los "políticos" son todos ladrones, hay que cambiarlos como los fusibles.
Esta visión del rol opositor es absolutamente autodestructiva, y nos condena a los argentinos a vivir oscilando todo el tiempo entre modelos antagónicos, como Kirchner - Menem, o Perón - "Revolución Libertadora". La oposición en Argentina (que no es sólo la oposición política, está claro) es algo así como una parca política, que viene cuándo ya considera que fué demasiado tiempo.
Esa interrupción contínua del curso de los procesos democráticos no sería posible si no hubiese un factor adicional: los intereses afectados. En el momento en que la población está preparada para el cambio y la fuerza política dominante empieza a profundizar su plan de gobierno afectando a algún interés particular (de peso, claro está), inmediatamente se enciende la luz roja y nos invade el horror de que un gobierno dure mas de diez años, nos damos cuenta de que el gobierno es corrupto, de que los funcionarios sin maquillaje tienen arrugas y puntos negros y decidimos que sería bueno para el país que venga cualquiera... ¿cualquiera? Bueno, no, el que mejor represente el sentimiento anti. Los militares, De la Rúa o Cobos, da igual.
En el pensamiento del anti es dónde se concentra el peligro. El anti, ante todo, odia. Y el odio es un sentimiento, no siempre posible de controlar desde la razón. El odio a Menem (tanto desde la izquierda como desde la derecha, pero principalmente desde la izquierda que es la misma izquierda que hoy despeja para que pasen el PRO y Cobos, y por supuesto el anti peronismo que ve peronismo en todos los lugares dónde se canta la marcha, aunque la cante Macri) puso a De la Rúa en el gobierno, y paradójicamente aceleró el deterioro del modelo menemista y su colapso definitivo, la aparición de niveles de corrupción peores que los de la década anterior, violencia, niveles de pobreza y exclusión récord, vaciamiento de las reservas... en fin, historia conocida.
La necesidad de joder al otro, joder a Menem, joder a Perón, ahora joder a Kirchner, hace que la oposición no razone demasiado cuál es el camino razonable a seguir, y hasta son capaces de juntarse agua y aceite, socialistas y radicales de derecha, peronistas disidentes y antiperonistas PRO, Ripoll y Miguens. Ya se lo dijo Longobardi a Macri: "Mauricio, no entiendo por que no se juntan ya". "¿Juntarnos para que, para hacer un asalto?", podría haber preguntado el Freddy Mercury en vías de desarrollo, porque estoy completamente seguro de que para Longobardi daba igual si "juntarse" implicaba también meter a Binner, a Solanas o a Castells.
Para colmo de males, los líderes de las tendencias anti mas furiosas suelen ser personas de edad considerable. Argumentan que el mundo alguna vez fué mejor, y que ésto antes no pasaba, aparecen los Grondona, los Neustadt (QEPND), Zamora, ¡los Menem!. Algunos jóvenes creen en aquel mundo que nunca existió pero que "seguramente debe haber existido", y se ponen el traje del contrato moral y de la Argentina de antaño, en dónde si querías trabajar trabajabas y todos tenían oportunidades (como nuestros abuelos europeos), nadie robaba y nadie moría. Los Adrián Perez y las Gabriela Michetti.
Siguiendo ésta lógica, está claro que el desafío principal no estaría en mejorar lo que ya está hecho, sinó en demoler todo lo hecho y empezar de nuevo, porque todo lo que se hizo hasta ahora estuvo mal, mal parido, corrupto desde su nacimiento. Y por eso con Perón el Estado fué fuerte, con Frondizi se debilitó, con Perón de nuevo volvió a fortalecerse, con Menem se volvió a debilitar, con los Kirchner volvió a fortalecerse y con Cobos, Macri o De Narváez se volverán a privatizar empresas, porque el fenómeno cíclico parece funcionar de ese modo: creo-destruyo, hago-deshago.
En éste sentido, y si no estoy terriblemente equivocado, me preocupa el futuro de la Argentina. Porque si los Kirchner dejan el gobierno no va a ser el fin del mundo. Pero, está claro, que si quien toma el poder llega con el anti kirchnerismo como principal argumento es de esperarse que el día después de las elecciones tengamos un grave problema. La oposición, envalentonada ahora por el resultado de las elecciones de junio, tiene el deber de acompañar al gobierno hasta 2011 mucho mas que si hubiesen perdido, porque en sus manos está no sólo el sistema democrático sinó también la evolución del país, la conservación de aquello que fué bien hecho y el acompañamiento y mejoramiento de aquello bueno por hacerse (¿alguien dijo "Ley de Medios"?).
Ojalá me equivoque, pero si efectivamente se termina el ciclo kirchnerista, no parece haber madurez en la oposición para enderezar el curso y acelerar a fondo, en lugar de volver a dar otro volantazo para regresar al principio. Si no nos hacen chocar.
Bueno ,la mayoria de ellos reconoce no estar maduros.
ResponderEliminarO no están maduros, o están podridos...
ResponderEliminarsi, Martín, hay una enorme inmadurez que se proyecta en el individualismo grupal (aunque suene a oximoron) pero un grupo se quiere diferenciar del otro (es lo que ahora hace un sector de la oposición). Aunque pretendan lo mismo quieren diferenciarse, individualizarse, llevarse los laureles, no permitir que sea otro el que concrete lo que ellos no pudieron o no supieron hacer. Nada mas con la concresión de la Ley de Servicios de COmunicación Audiovisual fijate que después de tanta preparación y foros salieron a decir que no se había debatido. Cuando se dio el debate, prefirieron salir del recinto (tal vez porque la inmensa mayoría no leyó "el mamotreto" como lo llamó la ignorante de Mirta Legrand) y no contaba con argumentos para defender una posición que le marcan desde las empresas monopólicas. Cuando se votó y salió el proyecto hacia el Senado, aparecieron algunos como Luis Brandoni a decir que la ley ya la habían elaborado durante la gestión de ALfonsín y -sin restarle mérito a los que Raúl ALfonsín hizo- creo que si no pudo porque los poderosos no se lo permitieron, los brandonis deberían por lo menos respetar las agallas de la Presdienta, de los diputados y senadores y de muchos militantes y blogueros que pusieron tiempo y esfuerzo para lograr que AHORA SÍ salga la ley que antes no pudo ser.
ResponderEliminarPero NO, el individualismo los lleva a pensar y analizar todo desde la soberbia, la arrogancia de su propio ombligo. NO hay grandeza para decir "che, qué bien, por lo menos a vos te salió, vos pudiste hacerlo" ni para aceptar los logros que beneficiarán a todos.
Lo que dice kaid es asi nomas ,cuando macaluse ,raimundi ,maria america y hasta la misma margarita entre otros opositores hacen algo bien gran parte de la blogosfera nac&pop lo reconoce ,es otra diferencia que marca que estan maduros.
ResponderEliminarPerdon ,podridos.
ResponderEliminarKAID: Tal cual, por eso todos hablan como si hubiesen ganado las elecciones cuándo lo que queda claro es que nadie las ganó. La única que admitió una derrota fué Cristina, el resto no dijo jamás "bueno, igual no le ganamos a nadie, hay que empezar a laburar porque la población espera respuestas"... no, una se va a Disney, el otro hace una película sobre la minería en San Juan, viven en una nube de pedos y de egos, "le ganamos a Kirchner, ahora se vienen días de felicidad". Esto termina siempre igual, en 2011 llegan todos juntos o separados, pero todos contra Kirchner. Y al otro día no saben que percha hacer con el gobierno.
ResponderEliminarGuille: Sí, a pesar de que nos acusen de binarios, somos mas sinceros y coherentes, yo mismo dije en éste blog que si el gobierno es responsable en la orden de represión en Kraft, lo repudio totalmente. Dije también que no estoy de acuerdo con el veto a la ley de glaciares. Es decir, tengo capacidad de autocrítica y a su vez, tengo capacidad de autocrítica porque existe un "auto" que no es un Mishubishi, existe un partido, un movimiento o una idea a la que suscribo. Los opositólogos no pueden hacer autocrítica desde el momento en que votan a X pero se autodenominan "independientes", son como los hinchas de todos los clubes cuándo salen campeones, hoy son de Velez, mañana de Estudiantes.
Y si, podridos a full...
cuando la falta de compromiso, los razonamientos simplistas "malo bueno lindo feo corrupto honesto sirve no sirve", la ignorancia y el bolsillometro se combinan, dan a luz al comportamiento politico de grandes porciones de la poblacion argentina, y tal vez, de gran parte del mundo.
ResponderEliminarEl individualismo "de grupo" como lei mas arriba, tiene algo de racismo o de xenofobia dentro, consiste en identificar a los iguales y eliminar a los diferentes, ya sea eliminandolos realmente, o incorporandolos a los iguales. La incapacidad para pensar matices y formas grises con dificil definicion, o mejor dicho, con contradicciones, como han sido todos los procesos medianamente progresistas, es algo que dentro de la coyuntura del simplismo bocarivereño, deja tranquila a mas de una cabecita, pero, en definitiva, nos termina por perjudicar a todos.
Coincido martin, de terminarse la etapa K, aunque aun tengo muchas reservas en esta cuestion, estariamos frente a una nueva alianza, sin mas propuesta de ser lo que el otro no es, es decir, algoque existe meramente por la negacion de otro, en resumen, una reveranda pelotudez...
Otrp virus argento, es el que hace que se pueda ver a un ávido emoresario capitalista millonario, como si hubiese descendido ayer de Sierra Maestra, ó un miserable asesino culposo y estafoador del estado como un soldado fiel:
ResponderEliminarhttp://www.cordobanexo.com.ar/denuncias_y_reclamos/del01al07de-junio03/daniel-scioli.htm
Dicen que los países de geografía hostil hacen a sus habitantes más trabajadores, más tenaces y más serios.
ResponderEliminarA mí eso no me consta porque nací en este país, cuya geografía no solo no es hostil sino que es directamente fantástica.
Lo que sí me consta es que en términos de política, solemos ser vagos, muy poco serios y con la única constancia puesta a profundizar las "virtudes" anteriores.
Razonar en términos de "joder a otro" es, además de estúpido, muy fácil y no hace falta ningún esfuerzo ni estudio.
Se dice por ahí que fue el peronismo el "cáncer" de la política argentina - Y no, si los antiperonistas se hubieran tomado la molestia de pensar un poquito, de trabajar otro - el peronismo tal vez ya estuviera extinguido por muerte natural - pero no - por hacer la "fácil", lo derrocaron, lo reprimieron, ¡Prohibieron hasta nombrarlo!! y los logros están a la vista; las infaltables crisis económicas, la violencia, la decadencia paulatina de un país que si no se hizo moco en el 2001, fue gracias a que lo único mínimamente organizado eran los restos del peronismo.
Con manuales en inglés, medios con mensaje "moderno" y uniformador, gerentes muy bien vestidos haciendo de "políticos", generales majestuosos (laburando de forajidos) y una población amedrentada y con miedo a ser boleta (tanto física como económicamente) no podía ser el mejor modo de "explicar" las maldades del peronismo y aún siguen sin explicarlo.
No sé bien si coincide con la idea original del post, pero a mí me desespera esa cosa tan fiaca, tan burda y tan estéril finalmente, que parece haberse convertido la actividad política en este país. Que un papanatas colosal como morales sea senador, no solo por eso de que un boludo es peor que un hijo de puta sino porque también nos descalificamos nosotros al encargarle a tipos como éste que se ocupen de cuestiones que para nosotros pueden representar en concreto, problemas, soluciones o desastres.
Y la pereza siempre presente.
Honestamente creo que lo central de "joder al otro" se da porque es lo más fácil, no hace falta pensar, ni bien ni mal.
Saludos
ram
"El Freddy Mercury en vías de desarrollo", ¡genial!
ResponderEliminarYo creo que lo que describís -magistralmente, por cierto- es una suerte de neogorilismo donde ya el foco del odio no se centra en los peronistas (que, como ya sabemos, son feos, malos y sucios) sino en cualquier forma de poder, aunque ese poder sirva para algo. Es decir: lo que quieren (dicen que quieren) los cobistas (de paso, ojalá les vaya siempre como en Corrientes), los macristas, los lilitos es la modernidad líquida: un poder sin poder, un Estado sin impuestos, una hegemonía tímida, una ideología sin ideas, una política despolitizada.
De ahí, cualquier intento de hacer política (y en eso el kirchnerismo y la izquierda están solitos, son los únicos que hacen política) es malo, feo y sucio. A votar en blanco Ala, o al progresismo blanco (como dice el maestro).
Otronó: me parece que plantear que la izquierda despeja el camino a Cobos, luego de las votaciones ganadas gracias al SI/ NE/ PSur, es por lo menos desagradecido. No nos merecen, como dicen las chicas de las telenovelas.
Fede: Buena descripción. Sinceramente, creo que me preocupa mucho mas que a los "republicanos" la consolidación de una democracia en Argentina. Que la alternancia no sea motivo de preocupación parece ya una utopía, pero cuando los "cuadros" opositores son Cobos, Carrió, Reutemann, Macri o De Narváez, uno siente que el 2001 fué una mas. Y da algo de miedito.
ResponderEliminarRam: Sí, claro que se relaciona con la temática del posteo. El peronismo es la expresión mas acabada de "hacer política" en la Argentina, y también la que despierta mas rechazo en la oposición. Es fácil deducir por que, y varios de ustedes, como Martin, bien lo indican: el PRO, la CC, el "peronismo" de los Reutemann y los Rodriguez Saa y la rama derecha del radicalismo (casi todo el radicalismo hoy por hoy), pretende que la política deje de serlo. El otro día leía algo así como unos apuntes que salieron en P/12 creo, para "evitarle" el fracaso a la centroizquierda. Entre una de las cosas que se listaban, era el no horrorizarse por lo que se suele llamar "clientelismo". Plantear este tipo de cosas es difícil, porque todavía hay una clase aria en Argentina que cree que darle una caja con alimentos al que la necesita es comprarle el voto, como si las personas por su clase social fuesen "comprables", eliminan todo tipo de forma redistributiva directa: si das alimentos, es para comprarlos, si das dinero, es para comprar "tetra". El problema es la política, la militancia, "son vagos", "son zurdos", "son peronchos". Plantean que la solución a los problemas mas básicos está en la moral, en lo que se roban, "aumentó el patrimonio XXX", y las cuentas no dan, porque lo que aumentó el patrimonio "K" no es ni el 0,1% de lo que el Estado tiene que desembolsar en jubilaciones o en educación. Y lo mas loco, es que se quejan del "clientelismo" y cuándo entran al cuarto oscuro ni siquiera saben que De Narváez hizo lo mismo.
Martín: una aclaración, cuándo hablo de la izquierda principalmente me refiero a la izquierda de partidos como el MST o el PO. Y personalmente no tengo nada en contra de ellos, ojalá (a pesar de ser el 1%) fuesen aliados, pero deciden ponerse en contra en todo, y creen ver algo que nunca pasa, como si hoy si, hoy seguro, es la revolución... ¿y como la hacemos? juntándonos con Miguens y tratando de bajar a Cristina, que haya quilombo, sangre y palos. El caso de otras izquierdas es distinto, no te olvides que yo soy de izquierda también. La izquierda de Sabbatella o del SI son izquierdas razonables, que hacen política, y que si no están de acuerdo con el gobierno es en todo caso discutible pero no un impedimento para llegar a acuerdos razonables. Con Solanas me pasa algo intermedio, por momentos sabe hacer política (logró sacar a las Telefónicas de la ley, lo cuál aún no sé si fué un error, pero sin dudas es principalmente un mérito de PSur) y negociar, y por otros parece caprichoso y se lo ve como en la luna, imaginándose en el sillón de Rivadavia. Pero aún así, creo que como opositor hace política como bien indicás, es decir, la centroizquierda y el kirchnerismo son los que hoy fundamentalmente hacen política, y quizá una rama del peronismo opositor al que no se le puede negar la muñeca. El PRO, el radicalismo y la CC hacen oposición, y los resultados que logran son siempre similares a los del día de la votación de la ley de medios: cara o ceca, todo o nada. O te cagamos (como en la 125) o nos vamos. La incapacidad de negociar de la oposición, y de planificar sus políticas sin leer el diario primero es preocupante.
¡Saludos!
Yo siento algo distinto, sin embargo.
ResponderEliminarSiento que hay una caterba de bichos contra los que hay que luchar pero que estamos viviendo un momento regional alucinante, que logrará sanarnos de este mal congénito.
La sesión de diputados, vivando a Alfonsín, la reivindicación socialista de sus intentos por cambiar la ley, la unión de todos los sectores que valen la pena, es un éxito que no debemos pasar por alto.
Ningún PC -creo- osaría ya cuestionar las banderas de Perón y Evita, y ningún peronista de bien osaría burlarse del Che.
Yo confío en el futuro.
Será la primavera, será la muerte de Mercedes, será que vengo de una isla que todo lo hace efervescente, no sé.
O será que soy tonta, por qué no.
Un abrazo muy latinoamericano.
Epa epa, ¡me gusta su optimismo cra.!¡Ahora quiero ir a esa isla! Yo tengo menos expectativas, veo muy boluda a "lagente", muy necia y cerrada, obsesionada con dos o tres muletillas de la tele y haciendose la película a dos manos. Ojalá esté equivocado.
ResponderEliminar¡Saludos!
Además de todo lo que describís existen "inconscientes colectivos" instalados que son profundamente conservadores y reaccionarios en nuestra sociedad: el pasado de ser el "Granero del Mundo" y "Potencia Mundial".
ResponderEliminarEl reparto de las tierras que hizo que quede concentrada en pocas manos.
Una aristocracia argentina que supo y sabe cuidarse endogámicamente.
A todo eso hay que sumar que la gente le tiene miedo al cambio porque supieron hacer que represente directamente el abismo: todos los golpes militares (cívico-militares, tiene razón la Presidenta)y el miedo impuesto a muerte.
Y bueno, me quedo corto.
Te felicito por el post y a los comentaristas.
Saludos.
Gracias Ricardo.
ResponderEliminarLo que marcás es muy indicado: los que pretenden que todo "cambie" en realidad no quieren que nada cambie. Es el miedo a un cambio profundo el que los conmueve, a ver alterado su status quo. Cuándo se habla de 40% de pobreza, no se escandalizan por los potenciales pobres sinó por ellos mismos: "nos puede tocar a nosotros". Ya pasó, "piquete y cacerola, la lucha es una sola". No debe haber caído muy simpático el "bienvenida clase media", habrá causado horror.
Y como indicás, hay un pensamiento reaccionario posiblemente producto de los sucesivos golpes de Estado (especialmente el último) que está enquistado en los cerebros de la clase media principalmente, que cree en una Argentina que fué algo que jamás fué. Y cuándo estuvo cerca de serlo, respondieron bombardeando.