Otra de las grandes zonceras versión nuevo milenio es la que reza, al final de cualquier opinión personal (que presume no serlo): "lo que la gente quiere / pide / dice / piensa (!) / eligió / etc". Decir "la gente" es una forma... ¿decorosa? de no asumir como propio lo que se piensa, o quiere, o lo que sea. Y al respecto tengo una anécdota que me va a servir para llegar mas fácil a la idea que quiero redondear.
Cuándo era consejero estudiantil, entre otras cosas que planteamos una de ellas era de sentido común: había una materia que nada tenía de ingeniería, cero, era totalmente inaplicable y ni siquiera servía como materia informativa. Pero lo bueno es que, nos parecía, se le podía dar un giro para que pasara a ser una materia realmente útil para la carrera, dado que algunos conceptos que podrían abarcarse se relacionan directamente a ramas comercial, industrial, laboral o medioambiental. Recopilamos alguna información de otros programas que nos parecieron lógicos y planteamos al menos una reformulación de los objetivos de la materia y la necesidad de su adecuación a la carrera.
El planteo no fué mal visto en el departamento (mas aún, teniendo en cuenta que la defensa del contenido original era realmente muy difícil de sostener). Uno de los graduados, según recuerdo, y uno de los alumnos, fueron a plantear la inquietud al departamento del que dependía ésta materia, y quien les respondió fué un ex profesor mío a cargo de quien estaba dicho departamento en aquel entonces (y, puedo dar fé, es un buen docente y de un excelente trato a los alumnos, es decir, no había ni hay nada personal). La justificación fué realmente inimaginable: "Es lo que los alumnos piden".
Por supuesto, los alumnos rara vez piden el contenido de una materia, y si alguna vez los alumnos pidieron un contenido fué cuándo lo planteamos como sus representantes en el consejo. Y puedo estar absolutamente seguro de que ninguno de nosotros en ese entonces podríamos haber pedido los temas que se daban en esa materia. La iniciativa se fué diluyendo, y misteriosamente las intenciones que inicialmente eran buenas comenzaron a ser cada vez menos entusiastas y hasta parecían de conformidad con el contenido que a priori parecía disparatado. ¿Que pasó ahí? Bueno, no es tan fácil y es hasta un poco injusto sacar conclusiones sin saber con exactitud, pero siendo algo perspicaz, uno puede deducir el camino que hay entre "docente del departamento dijo" y "¿Que materia?, ¿que programa?".
El periodismo no está lejos de actuar en forma corporativa, mas bien todo lo contrario: lo hace todo el tiempo (basta ver diez minutos de "A dos voces"), y todo el tiempo es en sociedad con otras fuerzas, políticas o económicas. "Lo que la gente quiere" es una frase muy difícil de explicar y por eso sencillamente nunca se explica, y suele justificarse vagamente con frases aún mas crípticas o vacías como "la gente está cansada", "la gente quiere un cambio" y demás, cuándo no se recurre directamente a la demagogia del tipo "la gente sabe" o "la gente no es tonta", lo que además causa la inmediata identificación del receptor. De hecho, estos vicios del periodismo de arrogarse la voluntad popular se desarrollaron a la par también en la clase política, oficialista u opositora. Pero al menos, la clase política puede argumentar que lo que ellos quieren es lo que "la gente" quiere, tienen usualmente un programa y si no lo tienen se les cuela la ideología por algún lado, es clara la intención de poner en boca de otro lo propio, pero lo propio es claro, existe, es visible. Pero... ¿el periodista? ¿Como puede decir Andino que es lo que la gente quiere? ¿Que quiere la gente? ¿Mayor inversión en escuelas y hospitales o menos impuestos? Lo mas probable es que la respuesta de Andino, ante la imposibilidad de tomar una decisión que no lo deje ideológicamente pegado, sea: "la gente quiere las dos cosas". Y lo cierto, ¡es que va a tener razón!, porque el periodismo como corporación le dice a "la gente" que, efectivamente, eso es posible, y que la traba está en la clase política y siempre está en "éste gobierno" (que siempre representa "la vieja política"), cuya unica solución superadora es (siempre) la de la aparición de una nueva clase dirigente encarnada en la figurita de turno, que alguna vez fueron ni mas ni menos que Carlos Menem, Fernando De la Rúa o el propio Néstor Kirchner (como sucesor de Eduardo Duhalde era muy prometedor para el grupo Clarín y las grandes empresas), hoy Julio Cobos. Impacta ver como los héroes que crea el propio periodismo son defenestrados luego por la misma corporación, hay casos mas graduales como el de Menem, pero otros mas impresionantes como el del propio Kirchner que pasó de ser el presidente que se fué con mejor imágen positiva a ser la encarnación de Satanás en la tierra en menos de un año, a punto tal que hoy recibo comentarios del tipo "Kirchner morite", que revelan un odio desmesurado, propio de la correcta construcción del villano (¿nunca les dió ganas de pegarle al malo o la mala de una serie, película o novela?). Entonces, la solución es simple: que el gobierno se vaya y venga otro. El problema es que en un país que sufrió dictaduras durante todo el siglo XX, decir ésto es un poco difícil porque puede no caer demasiado bien en una parte importante de la población (no todos, mas de uno se regocija pensando en esa posibilidad), y sobre todo, no sería bien visto desde afuera que es a fin de cuentas lo mas importante que tenemos, el exterior y cómo nos ven desde afuera, o cuántas vaquitas nos pueden comprar. Entonces, a riesgo de ser tildados de golpistas y para no ser muy evidentes, los representantes de la corporación periodística llamados casualmente "periodistas" nos dicen que se puede estornudar con los ojos abiertos, y que si eso no pasa es porque Cristina Fernandez de Kirchner es la presidenta (en realidad no es, porque es obvio que la maneja Néstor Kirchner como antes Duhalde y ella misma manejaban a Néstor Kirchner). Los cuatro climas, la inmigración, nuestros abuelos (europeos), lo que diría Belgrano y demases. Todo suena lindo, patriótico y razonable: hay fuerzas, poder, intereses, que se oponen a que vivamos mejor todos los argentinos.
"Somos nosotros" retumba en las cabezas, pero las bocas dicen "lo que quiere la gente".
Fuentes:
Imágen
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOQt_Kv0A8Aw3DvyY-UvaNnGSjFO8gQr000JAqaxo_xqm5MtlyuatfOhT3FoYH51GiZEUPz13CRGKOc7jZVDSbFfoiP-Fb6nZ2nsXszeUPmjm2p1UNyg9mukuuOXQ0y_SekZ9WrMqG5igy/s320/cacerola.jpg
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Cuándo era consejero estudiantil, entre otras cosas que planteamos una de ellas era de sentido común: había una materia que nada tenía de ingeniería, cero, era totalmente inaplicable y ni siquiera servía como materia informativa. Pero lo bueno es que, nos parecía, se le podía dar un giro para que pasara a ser una materia realmente útil para la carrera, dado que algunos conceptos que podrían abarcarse se relacionan directamente a ramas comercial, industrial, laboral o medioambiental. Recopilamos alguna información de otros programas que nos parecieron lógicos y planteamos al menos una reformulación de los objetivos de la materia y la necesidad de su adecuación a la carrera.
El planteo no fué mal visto en el departamento (mas aún, teniendo en cuenta que la defensa del contenido original era realmente muy difícil de sostener). Uno de los graduados, según recuerdo, y uno de los alumnos, fueron a plantear la inquietud al departamento del que dependía ésta materia, y quien les respondió fué un ex profesor mío a cargo de quien estaba dicho departamento en aquel entonces (y, puedo dar fé, es un buen docente y de un excelente trato a los alumnos, es decir, no había ni hay nada personal). La justificación fué realmente inimaginable: "Es lo que los alumnos piden".
Por supuesto, los alumnos rara vez piden el contenido de una materia, y si alguna vez los alumnos pidieron un contenido fué cuándo lo planteamos como sus representantes en el consejo. Y puedo estar absolutamente seguro de que ninguno de nosotros en ese entonces podríamos haber pedido los temas que se daban en esa materia. La iniciativa se fué diluyendo, y misteriosamente las intenciones que inicialmente eran buenas comenzaron a ser cada vez menos entusiastas y hasta parecían de conformidad con el contenido que a priori parecía disparatado. ¿Que pasó ahí? Bueno, no es tan fácil y es hasta un poco injusto sacar conclusiones sin saber con exactitud, pero siendo algo perspicaz, uno puede deducir el camino que hay entre "docente del departamento dijo" y "¿Que materia?, ¿que programa?".
El periodismo no está lejos de actuar en forma corporativa, mas bien todo lo contrario: lo hace todo el tiempo (basta ver diez minutos de "A dos voces"), y todo el tiempo es en sociedad con otras fuerzas, políticas o económicas. "Lo que la gente quiere" es una frase muy difícil de explicar y por eso sencillamente nunca se explica, y suele justificarse vagamente con frases aún mas crípticas o vacías como "la gente está cansada", "la gente quiere un cambio" y demás, cuándo no se recurre directamente a la demagogia del tipo "la gente sabe" o "la gente no es tonta", lo que además causa la inmediata identificación del receptor. De hecho, estos vicios del periodismo de arrogarse la voluntad popular se desarrollaron a la par también en la clase política, oficialista u opositora. Pero al menos, la clase política puede argumentar que lo que ellos quieren es lo que "la gente" quiere, tienen usualmente un programa y si no lo tienen se les cuela la ideología por algún lado, es clara la intención de poner en boca de otro lo propio, pero lo propio es claro, existe, es visible. Pero... ¿el periodista? ¿Como puede decir Andino que es lo que la gente quiere? ¿Que quiere la gente? ¿Mayor inversión en escuelas y hospitales o menos impuestos? Lo mas probable es que la respuesta de Andino, ante la imposibilidad de tomar una decisión que no lo deje ideológicamente pegado, sea: "la gente quiere las dos cosas". Y lo cierto, ¡es que va a tener razón!, porque el periodismo como corporación le dice a "la gente" que, efectivamente, eso es posible, y que la traba está en la clase política y siempre está en "éste gobierno" (que siempre representa "la vieja política"), cuya unica solución superadora es (siempre) la de la aparición de una nueva clase dirigente encarnada en la figurita de turno, que alguna vez fueron ni mas ni menos que Carlos Menem, Fernando De la Rúa o el propio Néstor Kirchner (como sucesor de Eduardo Duhalde era muy prometedor para el grupo Clarín y las grandes empresas), hoy Julio Cobos. Impacta ver como los héroes que crea el propio periodismo son defenestrados luego por la misma corporación, hay casos mas graduales como el de Menem, pero otros mas impresionantes como el del propio Kirchner que pasó de ser el presidente que se fué con mejor imágen positiva a ser la encarnación de Satanás en la tierra en menos de un año, a punto tal que hoy recibo comentarios del tipo "Kirchner morite", que revelan un odio desmesurado, propio de la correcta construcción del villano (¿nunca les dió ganas de pegarle al malo o la mala de una serie, película o novela?). Entonces, la solución es simple: que el gobierno se vaya y venga otro. El problema es que en un país que sufrió dictaduras durante todo el siglo XX, decir ésto es un poco difícil porque puede no caer demasiado bien en una parte importante de la población (no todos, mas de uno se regocija pensando en esa posibilidad), y sobre todo, no sería bien visto desde afuera que es a fin de cuentas lo mas importante que tenemos, el exterior y cómo nos ven desde afuera, o cuántas vaquitas nos pueden comprar. Entonces, a riesgo de ser tildados de golpistas y para no ser muy evidentes, los representantes de la corporación periodística llamados casualmente "periodistas" nos dicen que se puede estornudar con los ojos abiertos, y que si eso no pasa es porque Cristina Fernandez de Kirchner es la presidenta (en realidad no es, porque es obvio que la maneja Néstor Kirchner como antes Duhalde y ella misma manejaban a Néstor Kirchner). Los cuatro climas, la inmigración, nuestros abuelos (europeos), lo que diría Belgrano y demases. Todo suena lindo, patriótico y razonable: hay fuerzas, poder, intereses, que se oponen a que vivamos mejor todos los argentinos.
"Somos nosotros" retumba en las cabezas, pero las bocas dicen "lo que quiere la gente".
Fuentes:
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Es como asumir la lucha por los pobres sin serlo.
ResponderEliminarInvocar a los pobresy sebtirse su intérprete sin brindarles y exigirles educación, sino al servicio de la redención propia. Somos buenos porque decimos o creemos serlo. Quién lo certifica?
Ah! El CCPPI!!! (Código de Corrección Política de la Progresía de Izquierda)
Siii... "lagente" es el pretexto para toda cerítica al Gobierno... porque nadie manifiest que "lagente" goza de una jubilación que en ámbito privado los condenaba a la quiebra de ese sistema... tampoco dicen que "lagente" disfruta e las nuevas rutas: la 14 de Entre Ríos, la autopista a Córdoba, casi terminada, la ruta del Mercosur en Salta...
ResponderEliminarTe saludo
Muy bueno tu texto.
ResponderEliminarLa gente se expresa a través de clichés, la gente cree que calidad en TV significa culos, novelas costumbristas y Los Simpson todo el día. Cree que intriga es Lost, que música es Axel, que comprar es hacer shopping y que tener vacaciones es irse el "finde largo" a Cariló.
Y cree que ayudar con la pobreza es donar a Cáritas y quejarse de la pobreza todo el tiempo.
En cualquier momento este conjunto de costumbres puede cambiar, y adoptar otras formas.
Saludos
Mariano
Justamente hoy estaba releyendo Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire, y decía algo así como que no habrá liberación hasta que la clase oprimida pueda pronunciar su palabra, identificarla, captarla de entre medio del discurso que escucha y que nunca proviene de sí mismo, en tanto es escuchado...
ResponderEliminarBuen análisis, Martín!
Apelar a la gente es tan infalible como absurdo:
ResponderEliminar"La gente está a favor de la pena de muerte" (verdadero).
"La gente está en contra de la pena de muerte" (verdadero).
Según de Narváez, la gente le pidió que "evite que seamos Cuba o Venezuela". Acá no interesa si esto es real o no, basta con apelar a ese (g)ente abstracto.
Para mí cualquier apelación a las mayorías simbólicas (no así a las económicas) siempre fue un gesto conservador. Probablemente la gente esté en contra del matrimonio homosexual, de las retenciones, de que los bolivianos usen el hospital público.
A mí la gente, para decirlo en castizo, me chupa bien un huevo.
Muy buenbo Martin, adhiero a tu concepto sobre el lagentismo.
ResponderEliminarPero me muero por saber cual era la materia y los contenidos.
Germen: como buen germen, tenés un sistema muy básico de funcionamiento. No entiendo que tiene que ver lo que decís con lo que dice el posteo, pero aún así... ¿quién se arrogó la voluntad de los pobres? Jamás hablamos en nombre de los pobres, en todo caso pedimos que los mas pobres tengan mejores condiciones de vida, pero yo no puedo hablar en nombre de nadie, justamente porque a diferencia de vos ("exigirles educación") no creo que sean semovientes, son seres humanos y muchísimos de ellos seguramente podrían aclararte (y aclararme) algunos tantos. La clase media tendría que dejar de sentirse superior como para decidir que deben hacer de su vida los que no pertenecen a ella (o si, porque la cuestión es opinar del otro, como vos venís a juzgarnos acá todo el tiempo, lo cual supongo que implica que sos impoluto).
ResponderEliminarMona: Sí, por supuesto, pero es lo esperable. No hay lugar del mundo dónde haya una persona que no sienta que sus problemas son los mas graves. Si el otro no tiene jubilación, no es tan grave como si me suben el boleto veinte centavos. Entonces, mi reacción en contra es lógica, o bien, me quejo porque me suben el boleto y la jubilación no es infinita (porque se podría si no fuese por la clase política). La forma en que la gente piensa sobre la clase política es una construcción mediática, un estereotipo, hay una tendencia a cargar las culpas sobre un determinado sector y el elegido es el poder político, o incluso el poder judicial pero jamás el poder económico o las corporaciones mediáticas (eso es cosa de "zurdo"). La pregunta del millón, y que nadie se quiere hacer, es por que el poder político que a fin de cuentas es el único que tiene recambio y que da la cara, es el mas afectado... Cuándo una empresa despide trabajadores o baja sueldos, ¿por que los opositores culpan al gobierno y no a la empresa?
Mariano: Gracias. Estoy de acuerdo siempre que hablemos de "lagente", es decir, esa gente que se siente representada por Maria Laura Santillán. Afortunadamente no somos todos (es mas, dudo realmente de que sea la mayoría). Creo que la forma estereotipada en que esas personas ven el mundo es una construcción puramente mediática, totalmente planificada. Si yo tuviera poder y quisiera que no me jodan, trataría de que le echen la culpa al otro. Que el laburante no me culpe a mi por echarlo, mejor que culpe a "los políticos".
(sigo)
Gracias Pipi, ¡vos siempre agregándole nivel a los debates! Creo que mas o menos lo comenté arriba, creo que como bien indica tu cita hay un circulo vicioso en que el opresor hace que el oprimido piense como él. Que un laburante vote a De Narváez es muy grave, yo no voy a juzgar el voto de las personas, pero que gane las elecciones en PBA un multimillonario dueño de medios de comunicación... es para pensar.
ResponderEliminarMartín: Bien planteado. Es cierto lo que decís, algo así como (lo que decía en posteo) cuándo dicen "en Argentina se pueden bajar los impuestos y se puede redistribuír el ingreso", muchas personas pueden creerlo a pesar de que sea en la práctica un contrasentido -simplificando mal, está claro-, porque tienen en la cabeza que la culpa la tiene la clase política. Mas allá de que sea legítima o no la fortuna de los Kirchner (no es que sea lo mismo, está claro, pero a fines de comparar), ¿que representan 40 millones para la economía de un país? El imaginario colectivo es como que asocia de una manera muy particular: "le roban al campo para quedarselo ellos", el tema es que el margen entre el aumento de retenciones (en aquel entonces) y esos 40 millones es de 1600 millones, algo no cierra. Que las personas no reflexionen cuidadosamente que la hipótesis del robo no cierra, indica que la información llega muy alterada.
Mauri: Gracias. Lo de la materia... bueno, ud. ya sabe...
¡Saludos!
Perdón, ¡la diferencia es 1960 millones!
ResponderEliminarQue los Medios colonicen semánticamente es algo que no se puede evitar.
ResponderEliminarSi fueran honestos y admitieran cuál es su pensamiento político/económico/sociocultural, al hablar de "lagente" estarían hablando de "lagente" que concuerda con su línea editorial.
Como acá se disfrazan de independientes-impolutos quieren representar a toda "lagente".
Lo que está bueno es ir sacándoles la careta de independientes.
Clarín se sacó la careta de independiente y se puso una máscara de esas que usan los luchadores mexicanos (como Flavio, de los Cadillacs).
Por lo menos se murió el periodismo independiente que era una basura ideológica insufrible. Es hora de que "la gente" también se muera. Fijense como los que estaban a favor de la ley de medios hablaban de "nosotros". Un abrazo.
ResponderEliminarJa... Ricardo, mató la careta de luchador. Mirá, creo que Clarín está perdiendo demasiado la compostura para que los televidentes, oyentes o lectores no se den cuenta. La cantidad de publicidades de "ONGs" en contra de la Ley, patear programas y no renovarles la licencia como TVR, sacar solicitadas o cartas abiertas de dos páginas en el diario, propagandas apelando al sentimiento y usando a muertos como Tato o Guinzburg, dedicarle la mitad del diario a la "ley mordaza", etc, deja bien claro que intereses tiene Corneta. Se los dijo el propio Fontevecchia: "hey, están siendo muy obvios". No escuchan. Ahora, el resto de la responsabilidad está en el receptor.
ResponderEliminarDonchango: Yo no sé si se murió el periodismo independiente, ellos siguen diciendo que lo son. En todo caso, queda mas claro aún que ese periodismo no existe, pero que exista o no a fin de cuentas depende del que consume la información, si el que lee o escucha no tiene capacidad de darse cuenta de los intereses del periodista, entonces el periodismo "independiente" va a seguir existiendo, aunque el periodista grite "¡morite Kirchner!".
Salutes.
Martin ,cuando ya me iba sin comentar ,porque el nivel del post y varios comentarios me engloban ,leo ¨semovientes¨y me emociono.jajajajajaja
ResponderEliminarJajaja, ¡pero no se lo dije al germen eh! :D
ResponderEliminarDeci que existe el goggle y puede averiguar que hablas de VACAS.jajaja
ResponderEliminar;)
ResponderEliminar¡Usamos palabras raras para parecer importantes!
Abrazo.
Cuando era un jovencito ,altri tempe (como estamos),me pase al nocturno para terminar el secundario,tenia que laburar ,y me ¨premiaron¨con 2 equivalencias ,1 de ellas era Derecho usual y practica forence ,cuando la voy a rendir ,por supuesto sin saber mas que el titulo ,eramos como 30 y rebotaban como pelotas de tenis ,le pido un libro al unico loco que se lo habia comprado y le doy una lectura veloz tipo ilven de 20 minutos.
ResponderEliminarMe toca ,3 garcas satisfechos fungian de examinadores y fusiladores ,tipo de sociedades,propiedad,familia,herencia,todo masomeno ni para un 2 ,peeeero al presidente de masa se le ocurre jugar a la ruleta rusa´, con mi cabeza ,logicamente ,y dice´-Por el 4 ,una pregunta 'deme un ejemplo de bienes que no sean muebles ni inmuebles' ,la Vaca y lo cague.jajajajajaja.
Despues siguio bochando.
Saludos.
¡Ja!... si le tirabas "un semoviente" te ponía un diez :D
ResponderEliminarSalutes.