jueves, 23 de septiembre de 2010

La guerrilla K (o "Wainrach, vos también la tenés adentro")

(Va en chiste, todo bien con el dolape).

Hay algo que me tiene un poco cansado, y es esta idea de que el oficialismo tiene una especie de tropa de descerebrados que a veces son fieles seguidores religiosos y en ocasiones son guerrilleros comunicacionales (y potenciales asesinos de putas blancas, o leuco-bitchs). La otra que me tiene harto, es que hay tipos que tenemos que respetar por su presunto pasado respetable.


No se lo escuché solo a Wainrach, escuché a varios decir cosas por el estilo, incluso algunos adherentes al oficialismo los vi intentando hacer equilibrio para no quedar como fanáticos aseverando cosas como “nadie puede creer lo del INDEC”, como si fuesen expertos estadísticos aunque no sepan lo que es la diferencia entre una mediana y una media muestral o lo que es un intervalo de confianza. A ver si se entiende:

1- Los que defendemos una idea, tenemos prácticamente la obligación de defenderla en conjunto, es de oligofrénico estar diciendo todo el tiempo lo que si y lo que no me gusta de mi bandera, ¡nadie lo hace!, menos que menos los que piden que nosotros lo hagamos. Uno no va a la cancha y dice “quiero que hagamos un gol, pero la verdad que el nueve de ellos también se lo merece eh, porque el tipo le pone garra, juega bien” o “feliz día vieja, lástima que tu remera no combina con el pantalón y cuando era pibe no me compraste el muñeco de Batman”. ¿Qué es eso, carajo? Uno toma posiciones y decisiones, y las toma por convicción y también por pasión. ¿Por qué la gente cree “todos son como yo”? No todos somos necios como los que hablan de las cosas sin saber de que se tratan, o como Pino Solanas. La autocrítica debe hacerse primero hacia adentro, y de última ¿Por qué habría de ser válida nuestra autocrítica? ¿o en realidad es que quieren ver como nos arrodillamos y pedimos perdón por ser tan KK?

2- Admítanlo muchachos: no hay una guerrilla comunicacional montada por el gobierno ni nada de toda esa fantasía es real, aparecer en una foto con Aníbal Fernandez no quiere decir que te acostaste con el, o que sos su Ciro James. Yo entiendo que necesiten creer, pero no todo es Fe en la vida. Lo que queda claro, es que empezaron a tener miedo de que muchas personas tienen las pelotas al suelo de leer y escuchar mentiras, tergiversaciones y operaciones de prensa, de tolerar a una manga de cobardes que van al Congreso para pedir protección porque pegaron un afiche anónimo en Constitución. Entonces se armaron sus propios medios para decir sus propias verdades porque lo que uno no tiene lo inventa o lo imagina. La pacatería de la clase periodista es tal que le tienen miedo al formato libre y anárquico de los blogs. ¿Saben que? Yo voy a seguir escribiendo acá lo que se me cantan los huevos, tal y como lo dijo Mendieta acá.

3- Con todo respeto para con Wainrach, Caparrós y demás progresistas “independientes”: ¿ser “independiente” no es una religión? De última, estamos igual. Ellos no pueden soportar estar de acuerdo con un gobierno y no criticar con el dedito levantado, eso es una postura religiosa, es adorar a un ser etéreo y perfecto: el gobierno puro, blanco e impoluto que nunca llegará pero que es bueno, todopoderoso y te ama. Y vive en sus corazones.
(Y de última, la diferencia entre la religión nuestra y la de Caparrós es que en la nuestra Dios es otra persona).

4- ¿Qué es eso de que no se puede tocar a tal o cual porque no es el enemigo y bla bla, blu blu? Yo a esta altura no puedo creer que haya quienes indican que Lanata, Caparrós o Ruiz Guiñazú son intocables porque hicieron sarasa. ¿Qué hicieron que?
Lanata o Tenembaum nunca en la vida me cayeron bien, porque aunque Menem me parecía un hijo de puta, ellos me parecían lo mismo que hoy, comerciantes que venden un producto y ese producto es estar en contra. Como dijo Sandra Russo, estuvo lleno de críticos de boludeces en los ’90, que fueron tan efectivos que le dieron una década entera de gobierno al turco. ¿Qué hicieron Lanata y Tenembaum para torcer la historia? Preguntenlé a Pergolini cuanta plata hizo criticando a los presidentes pero vendiendo Sprite. Nunca me banqué la gilada de la anti política. Entre Lanata y Menem, yo prefiero a Menem que al menos ganó las elecciones alguna vez. ¿Qué les parece a los que se horrorizan cuando criticamos a Lanata o Tenembaum que pudo haber pensado Estela de Carlotto cuando escuchó la barbaridad de que “estoy harto de oír hablar de la dictadura / esto pasó hace 34 años”? ¿Por qué Cabandié, seguramente otro guerrillero del gobierno, dice que su apropiador debe estar contento con Lanata o Tenembaum? ¿Tengo que elegir entre Cabandié y Tenembaum? No me obliguen, por favor. ¿Por qué hay que perdonarle a Caparrós que diga que no hay que hablar de los ’70? ¿Por qué fuma porro y es moderno? ¿Y a Magdalena? ¿tenemos que perdonarle que le deje pasar a Duhalde “el que quiere a Videla” porque alguna vez se interesó o dijo interesarse por los DDHH? Perdónenme, pero yo me quedo con Longobardi, al menos siempre dijo lo mismo, cuando suma y cuando no, cuando es rentable y cuando no lo era. Ese tipo es el facho que yo quiero, no uno que adhiere al matrimonio gay y fuma marihuana pero defiende a Herrera de Noble y nos pide que nos callemos la boca cuando su pluma famosa e iluminada lo considera oportuno.

Amén.


Fuentes:

Imagen
http://quieroentenderelmundo.files.wordpress.com/2010/04/guerrilla.jpg

Mendieta
http://mendietaelrenegau.blogspot.com/
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