miércoles, 6 de marzo de 2013

Irreversible

Se puede escribir muchísimo de Hugo Chávez. Mucho se ha dicho de lo que fué y significó Hugo como lider y como figura política. No quedan dudas de que Chávez dividirá aguas por años, algunos lo amarán, otros lo odiarán, y seguramente siempre habrá un tercer grupo -indudablemente predominante en los liberales del primer mundo, los espejos en los que se miran especímenes como Elisa Carrió- que lo odiará sin saber demasiado quien fué ni por qué, tal como con Perón o incluso con Kirchner en Argentina, simplemente por el odio de clase, por el miedo a que al que ayer miraban desde arriba hoy nos mire de frente, a los ojos.


Y he ahí lo mas rico, lo mas interesante, y en eso me quiero detener, en el legado, en Chávez mas allá de si mismo. Chávez en Venezuela, como Perón en Argentina, cambia el orden establecido para siempre. Podrán discutirse muchas cosas respecto de estos hombres, es inevitable, ante todo fueron hombres y eso no los exime de defectos y flaquezas. Pero lo mas sustancioso es el miedo de los "burgueses asustados", acá y allá también. Chávez intentó desde la política real hacer lo que las izquierdas testimoniales no pudieron en Venezuela nunca, vaya coincidencia, igual que acá el peronismo le dió al trabajador lo que las izquierdas argentinas le prometieron pero siempre le negaron mediante su inacción y torpeza, a tal punto de incluso aliarse con las derechas mas reaccionarias, lo peor de la Iglesia y la siempre presente mano del vecino del norte, o Tío Sam para los amigos.

"Váyanse al carajo, yanquis de mierda", dijo Chávez. Y sí, claro que asusta al que quiere vivir el American Way of Life en América Latina, y comerse ser patio trasero en tanto pueda creer que él está entre los incluídos, entre los "amigos", como decía un cacerolero del 8N a un falso CNN. "¡No me toques mi petróleo negro hijo de puta! ¡no me toques mi status quo!", habrá pensado para sus adentros mas de uno de aquellos que vociferan basura desde Miami, la gran cloaca del planeta, dónde residen los grandes traidores de la Patria Latinoamericana, los topos rentados de "America". La rebelión de Chávez es tan persistente en el tiempo como la de Perón y Evita en Argentina, no hay chances -¡entiéndanlo!- de que lo que pasó en Venezuela sea reversible, van a tener que convivir con eso toda la vida, el chavismo no es una moda ni muere con Chávez, es el derecho del pueblo trabajador a reclamar un poco de dignidad. En Argentina a esa dignidad la reprimieron, la masacraron, la prohibieron, la censuraron y la proscribieron. La exiliaron. Volvió, y la torturaron y desaparecieron. Y otra vez volvió, y florecieron mil flores.
Por eso, aún sin Chávez lo que el venezolano que antes no tenía nada pudo tener, por fin, no lo va a ceder jamás. Y posiblemente el chavismo sin Chávez vaya a tener derrotas, incluso manoseos como el que sufrió acá el peronismo en los años '90, nadie está libre, pero lo que está grabado en la retina de ese venezolano y esa venezolana que un día sintieron que alguien les tendía una mano, eso no se borra mas y pasará de generación en generación.

Acá los pibes y pibas de La Cámpora gritan "Viva Perón" habiéndo nacido veinte años después de que el General muriera. Allá, los pibes y pibas, dentro de veinte, treinta o cuarenta años, gritarán "Viva Chávez" y, sin dudas, como Perón, Hugo estará vivo y presente en cada uno de ellos, discutiendo de política y de cómo hacer aún mas grande, libre y soberana a la Patria Grande.