miércoles, 24 de julio de 2013

Lo que viene, lo que viene




De a poquito agosto empieza a acercarse y también a pintar más interesante.


Si uno escucha a los encuestadores opositores parece quedar claro, cada vez más, que Massa ha logrado instalarse -y ser instalado, con un poco de asquito, por los medios y corporaciones opositores- como el candidato a competirle la provincia de Buenos Aires al oficialismo y con chances serias de ganarle. Sin embargo, también es claro que la mayoría de los encuestadores indican que el oficialismo no baja del 35%-40% de aprobación en la PBA y que Massa está tomando parte del voto oficialista, quizá potenciado por el desconocimiento elevado que tiene Insaurralde. Por esto, es de esperarse que Insaurralde tenga un piso de votos del 30-35%, que sumados a un mejor desempeño en las provincias adversas (Córdoba, Santa Fe y la CABA) respecto a 2009 y un resultado esperable de victoria en la mayor parte de las provincias restantes, especialmente en el Noroeste, le dé el 40% mínimo a nivel nacional que menciona Artemio López en su blog.

Habrá que ver, en todo caso, que efecto causa la inevitable polarización (si ya no es tal) del voto entre el massismo y el kirchnerismo. Pero uno puede aventurar que eso seguramente subirá el techo de ambos, lo cual, en definitiva, es ganancia para los dos, pero especialmente para el oficialismo dado que las fuerzas que sí tienen despliegue territorial a nivel nacional (por caso, el radicalismo) se ven anuladas completamente en la provincia clave por la irrupción de Massa.

En definitiva, aún con una merma (esperable) de votos respecto de 2011, el oficialismo sigue teniendo las riendas en la disputa por el poder de cara a 2015. La pregunta, en todo caso, es ¿quién será el sucesor de Cristina en 2011? Pero eso ya lo abordé en el post anterior, y, en general, las observaciones de los encuestadores no parecen distar mucho de lo que propuse entonces. A los candidatos ya consolidados, Scioli y Binner –y uno podría agregar Macri, si no fuese porque sus chances son prácticamente nulas–, habrá que ver si se le suman Massa (que tiene la tarea no menor de desplegarse nacionalmente en dos años y desde la cámara de diputados) y un eventual candidato cristinista (¿Urribarri? ¿Urtubey? ¿Alperovich? ¿Capitanich?), si es que Cristina no bendice al motonauta como su sucesor natural.

Otra cosa interesante que aparece reflejado es el lanatismo. Algunos preveíamos que Carrió iba a resurgir como candidata de ese papelonesco 1%-2% que recibió como cachetazo en 2011. ¿Cambió en algo su estrategia o discurso? Para nada, justamente por eso era obvio que iba a crecer Lilita, porque la gente en Capital Federal no puede votar a Lanata. Carrio y Pino Solanas son los embajadores del lanatismo, que hoy por hoy es la verdadera y mas fuerte oposición al gobierno. En un par de días instalaron los tema de Milani y Chevron, como en su momento el de Lázaro Báez. El discurso esquizofrénico de la oposición, que pasa de ultra neoliberal a trotskista entre un programa del gordo y otro, está bien reflejado como opción votable en ese cachivache de izquierda neoliberal que es el carrio-donda-pratgay-pinosolanismo. Pero se circunscribe a la Capital Federal y ligeramente a la PBA –dónde el lanatismo está en parte con Massa– y a Santa Fe, dónde el lanatismo ya es rey –en 2007 ganó Carrió.

En fin, parecería ser que todo va más o menos según lo previsible. La gran expectativa está centrada en Buenos Aires dado que será la que dará título a los diarios en octubre: Si pierde Massa, deberán titular “el kirchnerismo perdió senadores” o “el kirchnerismo no pudo repetir el 54% de 2011”. Pero si gana, será “Massa derrota al kirchnerismo y se respira un fin de época”.

Je, si, es cierto, ya sabemos de esto. Vaya si sabemos…


Imagen: