De a poquito agosto empieza a acercarse y también a pintar más
interesante.
Si
uno escucha
a los encuestadores opositores parece quedar claro, cada vez más, que Massa
ha logrado instalarse -y ser instalado, con un poco de asquito, por los medios
y corporaciones opositores- como el candidato a competirle la provincia de
Buenos Aires al oficialismo y con chances serias de ganarle. Sin embargo,
también es claro que la mayoría de los encuestadores indican que el oficialismo
no baja del 35%-40% de aprobación en la PBA y que Massa está tomando parte del
voto oficialista, quizá potenciado por el desconocimiento elevado que tiene
Insaurralde. Por esto, es de esperarse
que Insaurralde tenga un piso de votos del 30-35%, que sumados a un mejor
desempeño en las provincias adversas (Córdoba, Santa Fe y la CABA) respecto a
2009 y un resultado esperable de victoria en la mayor parte de las provincias
restantes, especialmente en el Noroeste, le dé el 40% mínimo a nivel nacional que menciona
Artemio López en su blog.
Habrá
que ver, en todo caso, que efecto causa la inevitable polarización (si ya no es
tal) del voto entre el massismo y el kirchnerismo. Pero uno puede aventurar que
eso seguramente subirá el techo de ambos, lo cual, en definitiva, es ganancia
para los dos, pero especialmente para el
oficialismo dado que las fuerzas que sí tienen despliegue territorial a
nivel nacional (por caso, el radicalismo) se ven anuladas completamente en la
provincia clave por la irrupción de Massa.
En
definitiva, aún con una merma (esperable) de votos respecto de 2011, el oficialismo sigue teniendo las riendas
en la disputa por el poder de cara a 2015. La pregunta, en todo caso, es
¿quién será el sucesor de Cristina en 2011? Pero eso ya lo abordé en el post
anterior, y, en general, las observaciones de los encuestadores no parecen
distar mucho de lo que propuse entonces. A los candidatos ya consolidados,
Scioli y Binner –y uno podría agregar Macri, si no fuese porque sus chances son
prácticamente nulas–, habrá que ver si se le suman Massa (que tiene la tarea no
menor de desplegarse nacionalmente en dos años y desde la cámara de diputados)
y un eventual candidato cristinista (¿Urribarri? ¿Urtubey? ¿Alperovich?
¿Capitanich?), si es que Cristina no bendice al motonauta como su sucesor
natural.
Otra
cosa interesante que aparece reflejado es el
lanatismo. Algunos preveíamos que Carrió iba a resurgir como candidata de
ese papelonesco 1%-2% que recibió como cachetazo en 2011. ¿Cambió en algo su
estrategia o discurso? Para nada, justamente por eso era obvio que iba a crecer
Lilita, porque la gente en Capital
Federal no puede votar a Lanata. Carrio y Pino Solanas son los embajadores
del lanatismo, que hoy por hoy es la verdadera y mas fuerte oposición al
gobierno. En un par de días instalaron los tema de Milani y Chevron, como en su
momento el de Lázaro Báez. El discurso esquizofrénico de la oposición, que pasa
de ultra neoliberal a trotskista entre un programa del gordo y otro, está bien
reflejado como opción votable en ese cachivache de izquierda neoliberal que es
el carrio-donda-pratgay-pinosolanismo. Pero se circunscribe a la Capital
Federal y ligeramente a la PBA –dónde el lanatismo está en parte con Massa– y a
Santa Fe, dónde el lanatismo ya es rey –en 2007 ganó Carrió.
En
fin, parecería ser que todo va más o menos según lo previsible. La gran expectativa está centrada en Buenos
Aires dado que será la que dará título a los diarios en octubre: Si pierde
Massa, deberán titular “el kirchnerismo perdió senadores” o “el kirchnerismo no
pudo repetir el 54% de 2011”. Pero si gana, será “Massa derrota al kirchnerismo
y se respira un fin de época”.
Je,
si, es cierto, ya sabemos de esto. Vaya si sabemos…
Imagen: