jueves, 30 de octubre de 2008

Y un día volvió la "inseguridad"...

Tengo que confesar que me irrita la palabra "inseguridad", por diversas razones. La primera, porque odio las muletillas -especialmente si son periodísticas-. Segundo, porque -y en esto tiene razón Anibal- la inseguridad es una "sensación" o una percepción.

Lo que hay en Argentina es, digamoslo de una vez con las palabras que corresponde, un problema con la delincuencia, mas allá de la inseguridad de los ciudadanos.

Como en el tema de las AFJP, conozco poco y mi opinión va a ser basada en mis propias convicciones y visión de lo que acontece, no me siento para nada capaz de discutir un tema como éste con un especialista, sea cual sea su posición y tengo los oídos absolutamente abiertos a cualquier disidencia.


Muchas voces salieron en las últimas horas a criticar duramente a Scioli por sus palabras. Desde el propio gobierno nacional -incluso en parte Cristina lo criticó- hasta los periodistas que muchas veces alimentaron la fantasía de que "hay que hacer algo" (léase, mano dura).

Se que no vamos a coincidir con muchos de los que puedan leer lo que escribo, y que incluso puede ir contra mi propia ideología, si es que tengo una. Es mas, ni siquiera me cae bien Daniel Scioli, sinceramente le creo poco, lo veo como un subproducto del menemismo y nunca pude sacarme esa imagen de la cabeza. Pero su proposición no me parece tan descabellada.

¿Por que? En los últimos días las voces que ayer pedían policía en las calles y prisión para los que delinquen pasaron a considerar niños inocentes a adolescentes de 16 o 17 años que matan por la espalda a una persona -independientemente de su condición social o profesión-. Otra cosa interesante: esas voces generalmente tienen la tendencia de hacer una asociación pobreza - delincuencia. No es casualidad que en programas incluso de interés general -como Mañanas informales- invitaran a habitantes de La Cava o hicieran notas sobre el barrio situado en el norte de la provincia de Buenos Aires. Algo irónico, si se considera que los asesinos de Berrenechea aparentemente no eran de La Cava.

En primer lugar, si bien es cierto que la marginación y a veces la falta de recursos, o de un objetivo de vida, pueden ser fuentes para que algunos chicos caigan en la delincuencia, eso no me parece un hecho. Ni siquiera es un hecho de que la droga tenga una relación absoluta con las muertes por arma de fuego, si bien es obvio que el efecto de las drogas desinhibe y a veces violenta a los delincuentes. Uno puede recordar casos violentos de todo tipo, con personas drogadas, sin drogarse, de clases bajas o de clases mas acomodadas, como el caso de Marcenac y el loco de Belgrano -mas allá de que no fuera un menor de edad-, por citar uno de tantos:
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-69877-2006-07-14.html

El problema en general y de raíz parece ser el crecimiento de la violencia en la sociedad. Hay violencia en los pibes que salen a robar armados, pero también hay violencia en los pibes que van al ciber y juegan al Counter Strike 6 o 7 horas matando a amigos virtuales. Hay violencia en los que insultan en los foros, hay violencia en la clase política, en el periodismo, en las calles, en el futbol, en el mundo del espectáculo. Hay violencia y la violencia contenida necesita ser canalizada, las circunstancias son diferentes y por eso el pibe del ciber no es lo mismo que el pibe que tiene un fierro, pero sólo por eso.
Por supuesto es necesario resolver éste problema de violencia en la sociedad y eso requiere un cambio en la concepción de la sociedad, que por ahora parece lejos: el individualismo, la falta de conciencia de clase, el consumismo y la sumisión al sistema es común denominador de todas las clases sociales en Argentina.

En el caso particular de los chicos que delinquen y pertenecen a las clases mas postergadas, por supuesto que es fundamental evitar que entren en la vorágine de la delincuencia y/o la droga, pero no sólo no son los únicos susceptibles sinó que dentro de los sectores mas pobres seguramente no representan una mayoría. Creo que deberíamos tener claro que al estigmatizar a los pobres no hacemos mas que meter en la misma bolsa a los que se esfuerzan, estudian, trabajan a pesar de las tremendas e injustas dificultades que se les presentan, y a los que salen con un arma a matar, a veces solo por diversión inclusive.

En este sentido, la idea de Scioli no es tan disparatada -si bien no la considero una solución en absoluto-. ¿Por que habríamos de pensar en que se va a reprimir, detener, procesar o encarcelar a chicos inocentes de 15 o 16 años? ¿no será acaso que se suma un problema, el de las fuerzas policiales y de la justicia argentina?
Como bien indicó la presidente, los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra -que algunas veces abre la policía para que cometan delitos en su favor-. Las cárceles no son la mejor forma, de hecho posiblemente sean la peor forma de intentar rehabilitar a una persona, pero tampoco es una buena forma no castigar las malas acciones. Posiblemente la idea de Scioli no resuelva el problema, porque la justicia no actúa correctamente, porque la policía tampoco, cuando no es cómplice y partícipe de la delincuencia, y porque el problema de raíz sigue siendo la violencia y en segundo término la exclusión. Pero no podemos considerar a un chico que mata de cinco balazos un "niño inocente", no cuando se trata de la vida de gente cuando menos igualmente inocente.
Incluso, es llamativo escuchar a la mayor parte del progresismo o de la izquierda horrorizarse y al mismo tiempo y en muchos casos ser los primeros pro-régimen cubano, cuando es público que en países como Cuba -o China- delitos mucho menores son castigados con el fusilamiento. Nadie dice que eso sea lo justo, y no creo que nadie considere que encarcelar a un menor de 15 o 16 años es una solución, pero la pregunta es: ¿que mensaje se le da a la sociedad si un chico que, con las mismas posibilidades, estudia, trabaja o bien se dedica a sus propias actividades pero sin hacer daño al prójimo, ocupa el mismo lugar -a veces físico- que otro que mató a una o mas personas? ¿estarían de acuerdo en hacer la misma consideración entre dos chicos de clase media? ¿por que dejar de lado de la discusión al 90% o mas -creo que mucho mas- de los chicos de clases postergadas que no participan en hechos delictivos de gravedad como el homicidio?

Y por último, respecto al horror por las muertes: es cierto, las muertes por arma de fuego y por homicidios son muchas, tenemos un claro problema en ese sentido.
Pero a mi me sorprende, y esto desde que se instaló el tema "inseguridad" que nadie ponga como tema de debate serio la "inseguridad vial".
En Argentina muere, por herida de bala, en promedio una persona por día. Por accidentes de tránsito, la cifra supera las 20 personas. ¿Que pasa con las leyes de tránsito, con el cumplimiento, con la educación vial? ¿como puede ser que una persona -usualmente de clase media, vale aclararlo- empuñe un arma como un vehículo y maneje a 100 km por hora en una calle dónde puede cruzar de ancianos a chicos y le apliquen una pena ínfima? ¿como puede ser que se corran picadas todas las noches en cualquier lugar de la provincia o de la Ciudad de Buenos Aires?
En éste sentido, la justicia -y la opinión pública, y el periodismo- ataca a los mas pobres con mayor crueldad -además, acusándolos injustamente a todos de posibles delincuentes-, y beneficia a las clases medias y altas con penas suaves y superficialidades para homicidios tan evitables como los causados por un arma de fuego.


Fuente de la imagen: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6f/Revolver_edit.png

6 comentarios:

  1. Hay que barajar y repartir de nuevo.
    Reestructurar las policias.
    Reestructurar el sistema judicial.
    Eliminar el paradigma del ciudadano desarmado.
    Modificar la estructura del sistema carcelario, para que quien se "cargó un cobani" no sea recibido con honores.
    Priorizar la reincidencia del delito, al concepto edad.
    Mandar a los "dealer" que proveen paco a menores, a cumplir pena en la Isla de los Estados, Picton, Lennox o Nueva.

    Cuando quieras nos encontramos a tomar café, y te doy las soluciones para que todos seamos iguales ante la ley, y que no se quieren implementar desde los organismos de control, porque unos son más iguales que otros.

    De paso, tendrás tema para la próxima nota.

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  2. Bueno, igual lo de Scioli no prosperaría por inconstitucionalidad. La Argentina es suscriptora de acuerdos internacionales, como la Convención Americana de Derechos Humanos, que fijan posiciones muy estrictas respecto de temas como pena de muerte, edad de inimputabilidad, etc.
    Creo dos cosas.
    1) Que el debate no se puede dar sin incluir temáticas como el funcionamiento del sistema de justicia y las pautas económicas y sociales que condicionan ciertos tipos de delito. Incluso para pensar una política represiva, lo más eficaz es saber de dónde salen y hacia dónde van.
    Temas como la cantidad de años que los procesados esperan sin condena efectiva, las condiciones carcelarias, la vigencia o no del "debido proceso" y las garantías de juicio justo, son problemáticos. Tengo un amigo, que conozco desde los 15, compañero de secundaria, excelente pibe, que se comió dos años en el Pabellón 12 de Devoto acusado nada menos que de HOMICIDIO, y no tenía nada que ver. Dos años pidiendo el ADN: cuando se lo hicieron, lo largaron en quince días. Un pibe como vos o como yo, agarrado al vuelo para tapar al sobrino de un cana.
    Al mismo tiempo, es interesante destacar que los mismos que hoy piden mano dura son en muchos casos los que hace diez años acompañaban (y siguen acompañando) la privatización del Estado. ¿A quién le piden protección? ¿Al Estado que desarmaron? ¿De quién? De quienes son el resultado inevitable de las reformas económicas y sociales que implicó esa reforma?
    Los pobres no son necesariamente delincuentes, obvio. Pero una sociedad castigada por la pobreza, la indigencia, el hambre y la desatención / deserción del Estado en apenas treinta años tiende a ser una sociedad crecientemente violenta. Somos una evidencia de la tesis básica de diagnóstico social que haría y hace media academia de sociología.
    Por otro lado, no se puede obviar el carácter de clase de la propuesta de mayor seguridad basada
    únicamente en la "mano dura": los sectores pauperizados del país, los sectores agremiados, los grupos sociales organizados, saben qué pueden esperar, concretamente, en la práctica, de un fortalecimiento de las prerrogativas policiales, cuando la institución policial es parte del problema.

    2) Para pensar en términos de inocencia o culpabilidad, antes que nada, necesitamos poder confiar en la institución del juicio. Sin juicio, somos todos inocentes.
    ¿Confiamos? Yo, no.

    El otro tema con los menores es el discernimiento, esto es, establecer qué grado de conciencia tienen respecto de lo que está bien y lo que está mal. Te sorprendería saber lo poco conscientes que somos, como sociedad, de estos temas. Ni hablar de los más chicos, que son, lógicamente, el eslabón vulnerable de la cadena, incluso en el mundo del delito.

    Estas son algunas ideas, que escribo medio a las apuradas.
    Un abrazo
    EM

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  3. Miro mi comentario, y descubro el fallido "chicos". Pero claro, yo soy docente. No lo puedo evitar.

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  4. Bueno Ezequiel, yo cometí mas veces el error en tal caso, jaja.

    Yo coincido en lineas generales con ustedes. Coincido en que el problema fundamental es el sistema -y digo en general, no solo la policía o la ley-.
    Lo que me preocupa es que por ser oposicion vayan de un extremo al otro. Ni el ladrón de 15 años es un asesino que hay que desterrar del mapa, ni el pibe de 16 que mata es un nene inocente. No puede haber inocencia en matar a un ser humano, esa persona requiere, mas allá de la penalización, atención y ayuda para evitar que su vida -y las de otros- se destruyan.

    Si la idea de Scioli es meramente mandar pibes de 15 años a la carcel, es peor porque lo único que va a hacer es fabricar potenciales delincuentes. Pero si dentro de un plan integral -como una reforma de verdad en la policía- se baja la edad de imputabilidad no me parece algo tan disparatado. Inocentes pueden ir de todas las edades, es tan terrible que le pase a un pibe de 15 como a otro de 19, como a un viejo de 80, no sé si 18 es EL límite. Y ojalá no existieran las carceles, eso es algo que hay que revisar en algun momento. Esa gente tiene que hacer algo útil y positivo para ellos mismos y para la sociedad, les tienen que demostrar que la vida vale la pena y la carcel no hace mas que afirmarles que la vida no vale nada.

    Saludos.

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  5. Me gustó mucho la palabra de un miembro de una organización social que trabaja con chicos ¨judicializados¨: dijo que la primera víctima de la inseguridad es el pibe del paco.
    Entiendo tu intención pero en ésto no debe haber dudas: hay una generación de pibitos con fecha de muerte y la tapa de los diarios le corresponde a ellos y no a los ingenieros y los hijos de ingenieros.
    Esta sociedad es tan repugnante que el graph de los noticieros hablan de la muerte del ingeniero.
    Qué onda los ingenieros? (y soy hija de un ingeniero, eh). Nos olvidamos del Ing. santos de gatillo fácil, del falso inyenieri Blunberg? Mientras la muerte de un ingeniero sea más importante que la muerte de 20 pibes en el conurbano, estos reclamos de seguridad me importan cero.
    saludos, Martin.

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  6. Lo que decis de "los ingenieros" es una gran verdad. De hecho, muchas veces mi vieja me dice "¿que pasa con los ingenieros?" (aclaro que pertenezco al rubro, razón por la cual no sería raro que con esa tendencia mi madre tema por mi seguridad, jeje).

    Y la conclusión que sacás la comparto: el tema es que los medios se espantan al estilo vecina de mi barrio, "¡como van a matar a un ingeniero! ¡a un tipo que trabaja y estudió y paga sus impuestos!"
    Claro que es aberrante que muera un tipo, cualquiera. Es horroroso y la verdad eso no lo justifico, por eso estoy en contra de la justificación del delito. Me parece tan aberrante justificar el delito como justificar la satanización de los pobres, especialmente de los adolescentes que son los que vienen al caso en este tema.

    Por tanto, adhiero a tus palabras: "mientras la muerte de un ingeniero sea más importante que la muerte de 20 pibes en el conurbano", es mas, creo que los pibes que mueren a veces ni siquiera son los que se drogan o los que roban, son víctimas del propio delito que sucede en sus barrios, y eso es en parte lo que quise decir en el post: una enorme cantidad de pibes pobres no cometen delitos y tienen que sufrir el delito en carne propia, a veces morirse y nunca vamos a enterarnos en los medios, ni la opinión pública va a espantarse por la gente que matan en los barrios mas pobres.

    Creo que ni una cosa ni la otra: ni la muerte "del ingeniero" es mas importante que la de los pibes del paco, ni la de los pibes del paco mas importante que la del "ingeniero". Ninguna, me niego, la vida no tiene precio ni se mide por la clase social o el cartón que tenés colgado.

    Saludos.

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